La Torre Eiffel es uno de los iconos de París, de Francia y de Europa. Se llama así por su constructor Gustav Eiffel. Se inauguró en la Exposición Universal de 1889 y se construyó en dos "patás". Sólo dos añitos. Como os podéis imaginar la cantidad de historias que ha generado la Torre Eiffel es infinita.
Pero vamos a centrarnos en la aventura de un hombre. Un emprendedor. Un visionario. Un loco encantador llamado Franz Reichelt. Estamos en la fría mañana del 4 de febrero de 1912. Franz está asomado a la primera planta de la torre a 57 metros de altura sobre el suelo. Lleva un extraño traje negro y parece a punto de saltar. ¿Cómo hemos llegado a esto? Franz era un sastre austriaco que trataba de hacer fortuna en París. Su sueño, diseñar un traje paracaídas. Su visión la tomó del gran Leonardo Da Vinci. Puesto a dar puntadas sobre telas construyó un traje de 30 metros cuadrados. Presentó su diseño en el Aero Club de France. Lo que le dijeron allí no ha quedado registrado pero básicamente era "Está usted como un cencerro". Franz tomó la decisión de hacer su salto de prueba definitivo en la Torre Eiffel y con la presencia de toda la prensa. La aerodinámica falló y el pobre Franz hizo un agujero de 14 centímetros en el suelo de París.