El Congreso ha aprobado una reforma del Reglamento que permite a la Mesa establecer los criterios para conceder, renovar o retirar credenciales a los periodistas que cubren la actividad parlamentaria. La medida obliga a los informadores a respetar las normas de cortesía y las directrices de la Cámara, lo que ha desatado inquietud entre quienes temen que pueda utilizarse para vetar voces críticas.
Uno de los señalados es Vito Quiles, quien considera que la norma está diseñada contra él: “El objetivo es expulsarme a mí porque soy una voz incómoda”. Quiles lamenta que algunos compañeros pidan respeto “mientras nos atacan y firman manifiestos para que no podamos preguntar”. Y se defiende comparando su estilo con el de otros periodistas incómodos en etapas anteriores: “No hago nada distinto a lo que hacían Évole o Gonzo cuando gobernaba el PP”. La polémica reabre el debate sobre el equilibrio entre el orden institucional y la libertad de prensa.