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La devastación que dejan los incendios en distintos puntos de España ha vuelto a reavivar los mensajes más catastrofistas en torno al cambio climático. El propio presidente Sánchez ha apelado a la “lealtad institucional” para hacer frente a lo que definió como “una emergencia climática que va más rápido de lo esperado”. Sin embargo, en paralelo, se investiga ya a cerca de un centenar de pirómanos, lo que cuestiona hasta qué punto el discurso del apocalipsis climático sirve también como escudo frente a la evidente falta de prevención y gestión del territorio.

Las causas de tantos incendios forestales... más allá del cambio climático

En este contexto, el geólogo José Antonio Sáenz de Santamaría ofrece una visión muy distinta: “No vivimos en una emergencia climática, vivimos en la estupidez climática”, afirma. Reconoce que “el calentamiento global es lo que existe” y que “el mundo se está calentando desde hace 150 años”, pero insiste en que se trata de “un ciclo natural que está llegando a su tope”. A su juicio, los incendios no se explican por un aumento de la temperatura, sino porque “el bosque está abandonado”, apuntando así a la falta de gestión del medio rural como verdadero detonante de la tragedia.