España y la OTAN: ¿una brecha creciente en plena tensión internacional?
- El mensaje del presidente, ha sido interpretado por parte del entorno atlántico como una forma de desmarcarse de las obligaciones militares sin romper formalmente con los compromisos adquiridos.
- Pedro Sánchez afirmó el pasado domingo en una rueda de prensa, que, elevar el gasto al 5% es "incompatible con el Estado del Bienestar"
A pocos días de que se celebre en La Haya la cumbre de la OTAN (24 y 25 de junio), Pedro Sánchez ha sorprendido con unas declaraciones que han generado malestar entre varios de sus socios internacionales. El presidente del Gobierno español afirmó que elevar el gasto en defensa hasta el 5 % del PIB, como sugieren algunos miembros de la Alianza, es “incompatible con el Estado del bienestar”. Un mensaje que ha sido interpretado por parte del entorno atlántico como una forma de desmarcarse de las obligaciones militares sin romper formalmente con los compromisos adquiridos.
Aunque Moncloa insiste en que España cumplirá con el objetivo del 2 % del PIB en gasto de defensa en 2029, la falta de detalles y el rechazo explícito a metas más ambiciosas han despertado recelos. Como ha subrayado el exministro de Exteriores José MPedro Sánchez anuel García-Margallo, “las alianzas internacionales se basan en la solidaridad”, y si ahora Europa se enfrenta a amenazas en su frontera este, “se espera que todos los socios contribuyan al esfuerzo colectivo”.
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La advertencia más inquietante, sin embargo, apunta a Washington. “Trump ni olvida, ni perdona”, ha dicho Margallo, en alusión a un posible regreso del expresidente republicano a la Casa Blanca. En ese contexto, cualquier distanciamiento de los compromisos de defensa puede volverse en contra del Gobierno español con consecuencias imprevisibles para la relación bilateral.
Desde el mundo diplomático y analítico se detecta un clima de creciente incomodidad. Ramón Pérez-Maura, director de Opinión de El Debate, ha reconocido que le “encantaría asistir solo para escuchar” las reacciones internas a la postura española. La sensación compartida en los círculos internacionales es que España empieza a mostrar signos de ambigüedad estratégica justo cuando más se valora la claridad y la firmeza.
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La cumbre de La Haya será una prueba clave no solo para la OTAN, sino también para la credibilidad exterior del Gobierno español.
