La boda de Fran Rivera: "Se perdieron 500 chisteras, nadie volvió a casa con la suya"

En el estreno de ‘10 Momentos’, el programa de entrevistas en profundidad conducido por Anne Igartiburu, rememoramos la vida del torero Fran Rivera, profesión que heredó de una familia con una larga tradición. Sin embargo, este viaje por los diez momentos claves de su vida se han querido centrar más en su lado más humano como padre, hermano y marido. Y es por ello que el momento final, el número 1, debía ser "La pedida", dedicado al romance y casamiento de Fran con Lourdes Montes.

El último momento tenía que ser el más especial. Y es que está dedicado a su romance, matrimonio y familia con su actual mujer, Lourdes Montes. Fran rememora con fuerza su vida con él, y su fuerza. Sobre todo porque recuerda muy bien la última vez que toreó, cuando, al volver a casa, Lourdes le recibió con un ultimátum: “Próximo contrato taurino que entre en casa, convenio de regulación de divorcio". Después de su fatídico accidente ella no soportaba verle torear, y a él le costaba dejarlo.

Sin embargo, sobre su hijo cuenta que, aunque le encantaría verle torear y se ve “reflejado” en él, no le gustaría que fuera torero. Más bien que sea como sus hermanas, es decir, que le guste y respete los toros y que sea buen aficionado. Pone como ejemplo a su hija Cayetana, quien dice que es una "aficionada magnífica y muy crítica".

Lourdes cuenta en un vídeo preparado para el programa cómo decidieron casarse por lo civil al no poder ser una boda religiosa. A Fran le ilusionó completamente escucharla decidir que Ronda sería el lugar de la boda. Usaron la temática de las chisteras y hacía parecer que el casamiento era de otra época. "Fue única, es de las bodas más bonitas que he ido", confiesan ambos, aunque esté mal decirlo. A la mañana siguiente, Fran cuenta que "se perdieron 500 chisteras", y que durante los días sucesivos aparecieron por todos lados. Nadie volvió a casa con la suya.

En cuanto a lo familiar, Lourdes termina reconociendo que Fran, como padre, es excepcional: se implica mucho con sus hijos y juega mucho con ellos.