Teletrabajo y despoblación: ¿Estamos preparados para el éxodo al campo?
Un 36% de los empleados madrileños podría teletrabajar, según el Banco de España
Un estudio de la Politécnica de Madrid, muestra que sólo el 40% de zonas rurales europeas tienen conexión de banda ancha
Redacción / Agencias
El teletrabajo está generado un debate social sin precedentes por la crisis de la covid-19. Casi un 40% de los empleados en España han trabajado desde casa durante el confinamiento, una situación que, si bien no puede considerarse propiamente teletrabajo en muchos casos, ha supuesto una prueba de fuego para empresas y empleados.
Sin embargo, los datos históricos de teletrabajo en España muestran cifras exiguas. En el año 2019, de los casi 20 millones de ocupados en nuestro país, solo el 8,4% teletrabajaron y apenas el 4,5% lo hicieron más de la mitad de los días laborables, según el INE.
El teletrabajo cobra fuerza pero reclama regulación y maduración. Al mismo tiempo, se perfila como la gran oportunidad para revitalizar la España rural, un estilo de vida alternativo que afronta sus propios retos sobre infraestructuras, servicios, movilidad, conectividad o la prevención de riesgos laborales, por ejemplo.
La conectividad es un punto crítico para el teletrabajo. Según un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid, el 40% de las zonas rurales europeas (poblaciones con menos de 10.000 habitantes) carece de conexión de banda ancha. Actuar sobre esta brecha digital es el objetivo de la Agenda Digital Europea.
El informe, elaborado en el marco del análisis europeo Smart Rural, apunta que "únicamente el 9%" de la población rural "cuenta con habilidades tecnológicas", lo cual "dificulta mucho" que desde estas áreas "se pueda hacer frente a las necesidades de la vida actual".
Uno de los autores del estudio, José María Fernández-Crehuet, señala que, si bien las restricciones impuestas por el coronavirus "han hecho que las poblaciones rurales vuelvan a contemplarse como una opción válida por parte de muchas personas", afrontar la vida en el campo "implica necesariamente una modernización de sus estructuras".
Según el informe de cobertura de banda ancha publicado por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, en España existen 6.697 municipios rurales- de un total de 8.124- en los que viven cerca de 8 millones y medio de personas.
POBLACIÓN RURAL EN ESPAÑA (2019)
España tiene 6.697 municipios rurales
Población rural: 8.496.250 millones
Hogares rurales: 3.262.199 millones
Se consideran rurales las poblaciones con una densidad inferior a 100 habitantes/km2
Datos del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital
“Hay zonas preparadas pero otras todavía tienen problemas de conectividad, por ejemplo con la cobertura móvil, porque no todas las compañías prestan servicio, como ocurre en localidades de la Sierra Pobre en Madrid”, asegura Julián Atienza, técnico en prevención de Riesgos Laborales, experto en despoblación y portavoz de la asociación Serranía Celtibérica.
Atienza emprendió el camino de vuelta al pueblo hace más de diez años y conoce de primera mano las ventajas y limitaciones de la vida en un entorno rural. "La conectividad es solo una parte del problema. Se necesitan servicios básicos para tener condiciones de igualdad respecto a la ciudad”, dice Atienza, y pone un ejemplo práctico: “Puedes estar trabajando con tu portátil en un pueblo de Madrid pero para ir al pediatra tienes que desplazarte a la ciudad”.
Es un paradigma que se puede aplicar de forma similar a otros servicios básicos como la educación, el transporte público o los servicios sociales. Atienza considera que, "igual que existen criterios normativos específicos en materia laboral, según las características de los territorios, debería haberlos también sobre los temas de despoblación".
Por otro lado, la pandemia del coronavirus ha demostrado que algunos problemas endémicos de las grandes poblaciones como la contaminación, los atascos y la masificación, se han mitigado durante el confinamiento.
El Grupo de Investigación Uderval de la Universitat de València está realizando un estudio sobre "el desarrollo y la resiliencia" de las áreas rurales como "espacios de oportunidad postCovid".
La investigación de este grupo ha demostrado como, aspectos a priori negativos, como la movilidad reducida puede no ser un obstáculo y han puesto de relieve que el tejido comercial y productivo "ha respondido de manera admirable a una situación crítica”, además desde una perspectiva “de servicio a la comunidad”, un valor que cobra especial importancia en las zonas rurales.
La pandemia ha creado "verdaderas redes de solidaridad", respecto a la movilidad o a los bienes y servicios de primera, de forma que “prácticamente todos los habitantes rurales han podido satisfacer sus necesidades más importantes”.
El pueblo conectado abre posibilidades para nuevos habitantes en una población especialmente envejecida: "Se ha empadronado una familia de cuatro miembros y ya somos 55", comenta la alcaldesa a Buenos Días de Onda Madrid. Para ella sus vecinos son como una familia, “Son nuestro mayor tesoro”, asegura.
Carmen teletrabaja de forma parcial desde 2013. Acababa de nacer su primer hijo y la familia se trasladó a vivir a la sierra de Madrid. En la actualidad residen en Mangirón y dos días a la semana evita los 160 kilómetros de desplazamiento a la capital.
La multinacional del sector asegurador en la que trabaja instauró como norma general dos días de trabajo en casa para todos los empleados. “Soy una privilegiada”, asegura.
Como muchas madrileñas, durante el estado de alarma ha trabajado todos los días desde casa. El trato personal no se ha perdido con el uso de tecnología, asegura: “Durante estos días de la pandemia nos han enviado material de seguridad e higiene y han estado pendientes de nosotros”.
Su objetivo a corto plazo es negociar con la empresa un tercer día de teletrabajo. No echa de menos ningún aspecto del trabajo presencial. Mantienen sesiones de trabajo telemáticas, incluso alguna más informal, pero le gustaría que hubiese una mayor coordinación entre equipos.
Calidad de vida, tranquilidad, comodidad… Son algunos de los argumentos a favor del teletrabajo, aunque Carmen se lamenta de que, en ocasiones, es difícil conciliar la vida laboral y familiar cuando trabajo, hijos y pareja conviven en el mismo espacio.
El teletrabajo plantea un reto importante en las relaciones laborales. Uno de ellos es la prevención de riesgos. Durante el confinamiento “muchas personas han estado trabajando de aquella manera, en espacios poco preparados, con mobiliario insuficiente y equipos poco adecuados… Y eso repercute directamente en la salud”, asegura Julián Atienza.
"El teletrabajo puede abrir la puerta al reciclaje de espacios públicos infrautilizados que se podrían habilitar como espacios certificados de trabajo para los ciudadanos, con las condiciones adecuadas", como alternativa al trabajo en el domicilio.
Para las empresas el cambio de paradigma puede suponer un cambio sustancial en sus previsiones de gasto: menos espacio de trabajo, facturas de luz y agua, servicios de mantenimiento, dietas desplazamiento, equipos… Durante el confinamiento por el coronavirus muchos de esos gastos han sido asumidos o compartidos por los trabajadores.
La legislación laboral y los convenios colectivos tienen aún mucho camino que recorrer. El Gobierno ha dado los primeros pasos abriendo una consulta pública para analizar las posibilidades del teletrabajo.