El cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, ha destacado la necesidad de hacer examen de conciencia de los pecados y de la conversión del corazón para llevar a cabo la nueva evangelización.
"Urge responder con el examen de conciencia de nuestros pecados y con la conversión del corazón", ha subrayado durante su intervención en la Undécima Congregación General del Sínodo de los Obispos, que se celebra este mes en el Vaticano, al tiempo que ha resaltado que sin esta premisa, hondamente espiritual, el empeño de evangelizar de nuevo sería vano
"Iglesia evangelizada, Iglesia evangelizadora. Es la ecuación de Juan Pablo II", ha agregado para añadir que es "imprescindible conocer el lugar que ocupa la Nueva Evangelización si se quiere acertar con su planteamiento y con su puesta en práctica".
Ante Benedicto XVI y otros 250 Padres Sinodales, el presidente de la CEE ha señalado que la secularización, iniciada en el siglo XVII, culmina en el siglo XX con el postulado de "la muerte de Dios" y con la exaltación del "Superhombre". "Los dos más formidables totalitarismos de la época -comunismo y nacionalsocialismo-, así como las dos grandes guerras mundiales, son inexplicables sin esas dos tesis, que hacen crisis después de 1945", ha añadido.
En este sentido, ha señalado que el Concilio Vaticano II, convocado en esa encrucijada histórica para una actualización de la doctrina y de la pastoral de la Iglesia, le ofreció el camino para su superación de esta secularización.
Sin embargo, según ha agregado Rouco Varela, "la revolución del 68 lo relanzó y lo radicalizó hasta el extremo de la negación de la dignidad de toda persona humana. "Una cría sana de chimpancé vale más que. un niño discapacitado, sostenía un famoso antropólogo anglosajón", ha agregado.