¿Qué suponen los distintos niveles con los que se clasifican los incendios?

Los incendios de este verano están dejando miles de hectáreas quemadas, miles de vecinos desalojados, pérdidas en la agricultura, ganadería, recursos naturales y mucho más.

Los Bomberos, agentes forestales, militares, sanitarios y miles de profesionales que conforman los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado trabajan a contrarreloj para que los daños sean los menos posibles.

Para poder gestionar estas catástrofes se emplean diversos niveles de emergencia que determinan tanto la magnitud del incendio como los recursos para su extinción, así como la coordinación de las administraciones.

Los primeros en recibir un aviso de incendio son el Centro de Coordinación Operativa (CECOP) de la comunidad autónoma donde está teniendo lugar el fuego. Desde aquí coordinan todos los recursos y acciones necesarias.

El CECOPI, a nivel estatal, recibe información constante de cómo evoluciona el incendio y de las decisiones que se van tomando. El nivel puede incrementar o reducir, según decida el director técnico, en coordinación con Protección Civil.

NIVEL 0,1, 2 y 3

En función de la gravedad del fuego, de la amenaza que este pueda suponer a la población y la capacidad de control se determina un nivel de los 4 existentes.

• Nivel 0: es de gestión autonómica y el de menor precaución ya que corresponde a un riesgo bajo. Esto supone que no es un peligro para las personas, bienes no forestales. La comunidad autónoma dispone de los medios necesarios para poder extinguir. Suele afectar a terreno forestal, sin ningún riesgo para viviendas, infraestructuras o áreas urbanas.

• Nivel 1: al igual que el cero, es de nivel autonómico. Supone una prealerta por lo que el riesgo es moderado. Las medidas se incrementan, se movilizan recursos y la vigilancia se intensifica.  La población es advertida, incluso se pueden llegar a dar evacuaciones preventivas. 

• Nivel 2: este nivel implica la cooperación entre autonomías y el Estado. Es el reflejo de un riesgo alto por lo que puede darse daños significativos o algún riesgo para la vida humana, propiedades o entornos naturales valiosos. En cuanto al despliegue de personal y el equipo de extinción aumenta en comparación con los niveles anteriores. Además, se establecen canales de coordinación con otras organizaciones de emergencias. El incendio puede llegar a superar la capacidad de respuesta de los medios locales y autonómicos, por lo que requiere de refuerzos como la UME.  

• Nivel 3: es el máximo nivel alcanzable, y el mando directo proviene del Gobierno Central. El riesgo es extremo, y supone una amenaza para las vidas humanas y bienes a gran escala. Los organismos competentes movilizan la mayor cantidad de recursos posibles. Si es necesario, se toman medidas extraordinarias para proteger tanto a la población como a los recursos naturales. Todo ello, bajo el mando del Ministerio del Interior y el Plan Estatal de Protección Civil.