Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto que el intenso brillo de una de las grandes manchas Lyman-alfa se debe a que contiene dos galaxias en el centro que atraviesan una etapa de formación estelar que ilumina todo su entorno, según informó hoy el Observatorio Europeo Austral (ESO).
Las manchas Lyman-alfa, nombre que refleja la longitud de onda de la luz ultravioleta que emiten, son gigantescas nubes de gas de hidrógeno que pueden abarcar cientos de miles de años luz y se encuentran a grandes distancias cósmicas.
Los astrónomos se han fijado en una de las más grandes conocidas, LAB-1, donde se está creando una galaxia elíptica masiva que un día será el corazón de un cúmulo estelar gigante, agregó el ESO en un comunicado desde su sede de Garching, en el sur de Alemania.
LAB-1, que fue descubierta en el año 2000 y está tan lejos que su luz ha tardado unos 11.500 millones de años en llegar a la Tierra, se encuentra en el núcleo de un gran cúmulo de galaxias que están en las primeras etapas de formación.
Mediante el radiotelescopio ALMA situado en Atacama (Chile), que permite observar longitudes de onda milimétricas y submilimétricas, el telescopio de largo alcance (VLT) y el telescopio espacial Hubble se pudo apreciar numerosas galaxias compañeras débiles que podrían estar bombardeando las fuentes centrales de la mancha Lyman-alfa.
Con una sofisticada simulación de formación de galaxias, el equipo de astrónomos dedujo que la gigante nube brillante de emisión Lyman-alfa puede explicarse si la luz ultravioleta producida por la formación de estrellas en las fuentes dispersa el gas de hidrógeno circundante.
"Imaginen una farola en una noche con niebla: vemos el resplandor difuso porque luz se dispersa por las pequeñas gotitas de agua. Aquí sucede algo similar, salvo que la farola es una galaxia con intensa formación estelar y la niebla es una enorme nube de gas intergaláctico. Las galaxias están iluminando su entorno", explicó el autor principal de este estudio, Jim Geach.