El estudio 'The fat of the land', estudio impulsado por Transport & Environment (T&E), desvela que se necesitan 8.800 cerdos muertos para alimentar un vuelo de París a Nueva York. Un dato que, afirman, pone en entredicho la viabilidad de los biocombustibles basados en residuos como las grasas animales.
El uso de biodiésel de grasas animales para propulsar nuestros coches y aviones se ha duplicado en la última década y es 40 veces mayor que en 2006. Los firmantes de este trabajo de T&E en el que participan ECODES y Ecologistas en Acción, reclaman más transparencia para que las personas consumidoras sepan lo que entra en sus depósitos y alimenta sus vuelos.
El documento señala a la UE, promotora de este subproducto de la ganadería industrial e intensiva "para, supuestamente, reducir las emisiones de carbono de los combustibles utilizados en el transporte, pese al fuerte impacto de este modelo de ganadería industrial sobre las emisiones. Ahora apuntan a los aviones y, en menor medida, a los barcos", se recoge en el texto.
"LOS CERDOS VUELAN"
Advierte T&E en su estudio que no hay suficientes grasas para hacer frente a toda la demanda. Casi la mitad de las grasas animales europeas ya se destinan a la producción de biodiésel, a pesar de que son muy utilizados en las industrias de alimentación animal, jabones y cosméticos.
"La quema de biocombustibles a partir de grasas animales se triplicará de aquí a 2030, lo que plantea dos cuellos de botellas en cuanto a su disponibilidad y sostenibilidad", señala el informe de T&E.
Carlos Rico, responsable de biocombustibles en la oficina española de T&E, afirma que "resulta que los cerdos vuelan. Llevamos años quemando grasas animales en los coches sin que los conductores lo sepan. Ahora serán el combustible de su próximo vuelo".
8.800 CERDOS MUERTOS
Aerolíneas como Ryanair y Wizz Air han cerrado acuerdos con proveedores de petróleo para la fabricación de los llamados "combustibles de aviación sostenibles" (SAF, por sus siglas en inglés), aseguran los autores del estudio.
La información sobre las materias primas exactas utilizadas en los SAF suele ser imprecisa y poco transparente. Pero las previsiones de la consultora Stratas Advisors indican que las grasas animales serán, junto con el aceite de cocina usado, la materia prima proveniente de residuos más utilizada en los SAF.
"Como todos los biocombustibles procedentes de residuos, la disponibilidad de grasas animales es limitada. No es posible ni deseable aumentar la producción industrial de carne. Un vuelo de París a Nueva York necesita 8.800 cerdos muertos", según los cálculos de T&E.
MÁS ACEITE DE PALMA
Los fabricantes de piensos para alimentación animal ya han advertido que tendrán que recurrir a "opciones menos sostenibles" como el aceite de palma. Mientras que los productores de jabones y cosméticos también recurrirán con toda probabilidad a la palma por ser la opción más barata disponible.
Dicha producción está fuertemente vinculada a procesos de deforestación de bosques tropicales, pérdida de biodiversidad, aumento de emisiones gases de efecto invernadero y violaciones de derechos humanos.
En el caso más extremo en el que el aceite de palma virgen sustituye a las grasas animales en la industria oleoquímica (jabones, cosméticos), las emisiones de CO2 de los biocombustibles de grasas animales podrían ser casi el doble de perjudiciales para el clima que las del gasóleo convencional.