El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha asegurado que la luz verde de la CUP a los presupuestos catalanes para 2017 es "una mala noticia" para el Gobierno central, ya que demuestra que el proceso soberanista sigue adelante sin divisiones. Lo ha asegurado durante la clausura del Consejo Nacional del PDeCAT, la antigua CDC, que la formación independentista ha celebrado hoy en Barcelona.
El consejo político de la CUP avaló hoy los Presupuestos de la Generalitat de 2017 por una amplia mayoría de 39 votos a favor, 22 en contra y 2 abstenciones, condicionado a la celebración de un referéndum independentista en septiembre, lo que da oxígeno a Puigdemont porque evita por el momento elecciones anticipadas en Cataluña.
El órgano político de la CUP lo conforman 57 representantes de las asambleas territoriales, a los que se suman 8 del Grupo de Acción Parlamentaria, sumando un total de 65 votos en la reunión de hoy, de los que 39 han sido favorables, un 60% del total.
En rueda de prensa, el dirigente cupero Quim Arrufat ha advertido, no obstante, de que dan un 'sí' no porque estén a favor de unos presupuestos "que no reducirán la desigualdad", sino para dejar el "camino libre" para que se pueda celebrar el referéndum en septiembre, sin perjuicio de que incluso pueda tener lugar antes.
"Queremos dejar el camino libre para la celebración en septiembre de un referéndum. Es un sí condicional que tiene fecha de caducidad", ha alertado al Govern de Junts pels Sí. En este sentido, Arrufat ha advertido de que si el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, no convoca el referéndum en septiembre "sin pedir permiso a nadie" la CUP "retirará el apoyo al Govern".
Arrufat también ha criticado que el Govern haya hecho "chantaje" a la CUP advirtiendo de que, si no aprobaban los presupuestos, habría un adelanto electoral. En el pleno del Parlamento catalán, el apoyo a las cuentas de la Generalitat para 2017 del grupo de la CUP se traducirá con 2 votos a favor y 8 abstenciones, en un claro gesto de sólo apoyan los presupuestos para dar oxígeno al proceso y al referéndum, pero no por su contenido.