El funeral por los cinco militares muertos en unas prácticas de desactivación de explosivos en la Academia de Ingenieros de Hoyo de Manzanares (Madrid) está pendiente de concretar hasta que no concluyan las autopsias, mientras que dos de los tres heridos en el accidente siguen bajo vigilancia intensiva.
De acuerdo con la ministra de Defensa, Carme Chacón, una vez que concluya la autopsia que se está practicando en el tanatorio de Colmenar Viejo (Madrid) a los cuerpos de los cinco militares, éstos serán entregados a sus familias, quienes decidirán si habrá un funeral conjunto y, en ese caso, será entonces cuando se fije la fecha.
Los Reyes y los Príncipes han expresado su pésame por el fallecimiento de cinco militares ayer en la Academia de Ingenieros de Hoyo de Manzanares (Madrid) en telegramas enviados a sus familias, así como al jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME) y el almirante jefe del Estado Mayor de la Armada (AJEMA), según han informado fuentes de la Casa del Rey.
Mientras tanto, dos de los tres heridos en la explosión permanecen hospitalizados en la unidad de vigilancia intensiva del Hospital Gómez Ulla, después de ser intervenidos quirúrgicamente, según ha explicado la ministra.
El cabo primero que resultó herido leve, a quien Chacón visitó ayer en el hospital Puerta de Hierro para interesarse por su estado, evoluciona favorablemente.
El accidente en el que murieron los cinco militares, entre los que se encuentran algunos de los mayores expertos en desactivación del Ejército, que acababan de volver de Afganistán, tuvo lugar en el campo de maniobras de Hoyo de Manzanares al estallar varias minas anticarro que intentaban destruir durante un ejercicio de neutralización de minas.
EQUIPACIÓN ADECUADA
Expertos en esta materia de la Academia de Ingenieros han asegurado que los cinco militares muertos llevaban la equipación adecuada y acorde a los protocolos de seguridad para el trabajo que estaban realizando.
De acuerdo con estos protocolos para la destrucción masiva de municiones, los militares portaban el casco reglamentario y un chaleco anti-fragmentos.
Las maniobras que estaban llevando a cabo cuando sobrevino el accidente consisten en el empleo de cargas explosivas sobre munición remanente o minas retiradas, según las mismas fuentes. Y para esa actividad, han señalado, no es necesario un traje de protección pesado -que es el que, por ejemplo, suelen utilizar los TEDAX-, que sí se utiliza en el caso de desactivación de explosivos al ser necesario separar el dispositivo de iniciación de la carga explosiva del artificio.
Por otro lado, continúan las investigaciones que ayer iniciaron la Guardia Civil y la Policía Judicial para aclarar las causas de la explosión, que se produjo a las diez y media de la mañana en el campo de maniobras de la Academia de Ingenieros, que alberga el Centro Internacional de Desminado.
Los fallecidos son dos suboficiales y un cabo de la Brigada Acorazada XII, con sede en El Goloso (Madrid), y otro suboficial y un cabo de la Brigada de Infantería de Marina, con sede en San Fernando (Cádiz).
Los cinco, con edades entre los 25 y 44 años, habían participado en misiones internacionales y dos de ellos iban a incorporarse a la misión de la ONU en el Líbano como integrantes del Grupo Especial de Desactivación de Explosivos (GEDE) de la Armada.
En cuanto a los tres militares heridos, pertenecen a Infantería de Marina.
El accidente de ayer es uno de los más graves ocurridos en España en el que se han visto involucrados miembros de las Fuerzas Armadas que realizaban maniobras desde que en 2001 fue abolido el servicio militar obligatorio.