El nuevo portavoz del Gobierno, José Blanco, ha prometido actuar con "transparencia" ante los medios de comunicación al estrenarse en el cargo en la rueda de prensa posterior al Consejo de ministros, centrada en las turbulencias financieras de los últimos días y en el caso Faisán.
Puntual, el ministro de Fomento ha comparecido en la sala de prensa del Palacio de la Moncloa casi media hora antes de lo que solía hacerlo su antecesor, Alfredo Pérez Rubalcaba. En su primera intervención ha querido hacer hincapié en el inalterable compromiso del Gobierno con las reformas emprendidas y en la necesidad de una respuesta rápida de la UE a la crisis griega, y ha presentado uno de los proyectos estrellas de su departamento, la privatización parcial de AENA y la licitación de las concesionarias de Barajas y El Prat.
Aunque en algún momento ha dejado entrever cierto nerviosismo, como cuando ha confundido el nombre del baloncestista Serge Ibaka, al que el Gobierno ha concedido hoy la nacionalidad española, por el de Ikea, ha logrado mantener la sonrisa prácticamente a lo largo de toda la rueda de prensa.
Y ello a pesar de que hasta en tres ocasiones los periodistas le han preguntado por la decisión del juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz de procesar a tres mandos policiales por el presunto chivatazo a ETA en 2006.
Apelando al respeto institucional del Gobierno a los jueces, ha eludido comentar ese auto, y también el del magistrado del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana José Flor, que ha decidido que el presidente valenciano, Francisco Camps, sea juzgado por un delito continuado de cohecho pasivo impropio por haber recibido supuestamente regalos de la trama "Gürtel".
Ante el caso Faisán, aseguraba el Gobierno muestra su respeto por el auto judicial en un caso "no acabado" y que "no hay que prejuzgar".
Repreguntado al respecto ha optado por elogiar los éxitos de Rubalcaba al frente del Ministerio del Interior, pero ha avanzado ya que no hará comentarios sobre su papel o sus declaraciones como candidato.
También ha dejado claro que tiene ya la respuesta preparada para cuando los periodistas le pregunten cada viernes sobre un eventual adelanto de las elecciones generales: "queda una semana menos".