Un policía nacional armado se ha atrincherado sin rehenes en un restaurante chino de Alcobendas con la amenaza de quitarse la vida, han informado fuentes de la Jefatura Superior de la Policía.
Los hechos han ocurrido entre las 14.30 horas a 15.30 horas cuando el policía atrincherado estaba comiendo solo y aparentemente tranquilo en el restaurante Yin He, situado en el número 123 de la calle Marqués de Valdavia y, al entrar otros agentes, ha sacado su pistola y ha amenazado con quitarse la vida, según comentan el propietario y un empleado del lugar.
Los dueños han llamado entonces a la Policía y tanto los comensales como los trabajadores del local han salido a la calle. Hasta el lugar se han acercado dos negociadores y dos psicólogos de la Policía Nacional y miembros de los GEO. También una ambulancia del Summa en modo preventivo.
Por su parte, el edil de Seguridad de Alcobendas, Luis Miguel Torres, ha explicado que el policía estaba destinado anteriormente en la Comisaría de Alcobendas-San Sebastián de los Reyes y que ahora su puesto estaba en la de Pío XII, en la capital.
Ha explicado también que se ha acordonado la zona y que se trata de que el perímetro de seguridad sea lo más amplio posible para evitar riesgo, aunque la situación es "controlada". El edil ha señalado que al principio ha habido una "situación con rehenes", en referencia a los trabajadores, y que luego se ha quedado solo en el interior del local.
Mientras, fuentes policiales han detallado que el agente se muestra "poco comunicativo" con los negociadores desplazados a la zona. Se trata de un inspector de 45 o 46 años destinado en la división de la Formación y Perfeccionamiento de la Policía Nacional y no consta que tenga problemas mentales ni de adicciones.
Al parecer y según las mismas fuentes, se trataría de un "problema personal" lo que ha motivado su comportamiento y entre sus compañeros ha causado "gran sorpresa" el incidente.
El inspector de Policía, que permanece atrincherado en el restaurante, ha disparado en varias ocasiones al aire con su arma reglamentaria sin causar heridos y, de momento, no atiende los requerimientos de los negociadores, que esperan se entregue cuanto antes.
Según fuentes de la investigación, al parecer el inspector ha ingerido una importante cantidad de alcohol, tiene la pistola en su poder y eso dificulta mucho la entrada de los agentes que se han trasladado al lugar.
El alcalde de la localidad, Ignacio García de Vinuesa, del PP, también se ha acercado y ha confiado, al igual que la Policía, en que haya un final feliz y el hombre salga voluntariamente.
La situación todavía no se puede dar por controlada al cien por cien, según los responsables policiales y municipales.