El primer presidente madrileño, Joaquín Leguina (PSOE), asegura que Madrid "no tenía ninguna voluntad de ser comunidad autónoma hasta que la echaron de todos los lados", aunque cree que la solución funcional de convertirla en comunidad "no ha salido mal".
Leguina, en una entrevista con Efe sobre el sistema autonómico actual, recuerda que en el proceso de formación de las comunidades "ni los de Castilla y León ni los de Castilla La Mancha querían a Madrid dentro, y entonces se pensó en varias soluciones para "cerrar el mapa de España".
"Así es que metimos a la Comunidad de Madrid en un proceso simplemente funcional y le pusimos bandera e himno", recuerda.
Leguina cuestiona el modelo del Estado conformado entonces y cree que su principal problema es la existencia de "comunidades nacionalistas desleales con el Estado" y la emulación de otros territorios para gozar de "lo mismo" que tienen éstas, y cree una locura la política del "AVE para todos".
A su juicio, el "café para todos" consistió en "convertir España en un sistema federal o casi federal".
"Lo que ocurre es que ese sistema que apoyaron e idearon tanto la derecha como la izquierda moderada se ha convertido en una emulación de los nacionalistas, y el problema es que con los nacionalistas no se puede construir absolutamente nada", asegura.
Sobre si es necesaria una reforma del Estado, dice que el modelo actual "ya no tiene marcha atrás" y que tendrá que construirse un Estado casi federal o federal.
"Pero claro -matiza-, en Estados Unidos o en Alemania solo funciona con la lealtad, de la cual han carecido casi desde el primer momento los nacionalistas periféricos".
Asegura que la "inviabilidad" del Estado "casi federal" no está ni en La Rioja ni en Cantabria -"comunidades uniprovinciales y pequeñitas"- y sostiene que "los problemas los han planteado los nacionalistas y la estúpida emulación de Andalucía y otros sitios, como Castilla-La Mancha, sin ir más lejos".
"Es necesaria una recomposición para ver dónde fracasan y dónde fallan, y lo que falta es cooperación y sentido de Estado, y lealtad a la Constitución", dice.
No cree necesaria la devolución de competencias al Estado, siempre que "se cumpla con la ley y con la lealtad Constitucional", y sobre las ideas de la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, dice que en ocasiones tiene "toda la razón", como en el caso del funcionamiento de la Justicia, cuyos funcionarios en unos casos dependen de una institución y, en otros, de otra.
"Eso es absurdo, y quien lo montó es un idiota", sentencia.
Se enfada cuando piensa que "Cataluña es un país bilingüe" pero gobernado por políticos que "se saltan derechos por defender asuntos puramente simbólicos, como es el caso de la lengua en que debe ser educado un niño, que es la materna siempre que los padres así lo quieran". "Esto es un atraco, es un atropello", dice.
Con respecto a si el desarrollo de las autonomías ha sido favorable para Madrid, responde: "Sí, es mucho más grande que cuando yo gobernaba, y creo que los que han venido detrás lo han hecho mucho mejor que yo", dice.