El peligro de las arizónicas, setos que arden como antorchas

  • Ya hay municipios como Soto del Real o Ambite que han decidido prohibir estas plantas por el peligro que suponen en la propagación de incendio

En el incendio de Tres Cantos, las arizónicas ayudaron a propagar el fuego con muchísima rapidez. La Comunidad de Madrid ha anunciado que va a reparar y sustituir arizónicas en las parcelas afectadas, especialmente de las viviendas de Soto de Viñuelas, por otras especies más resistentes al fuego.

Ya hay municipios como Soto del Real o Ambite que han decidido prohibir estas plantas por el peligro que suponen en la propagación de incendios. Otros municipios, como Torrelodones, Hoyo de Manzanares, Moralzarzal, Alpedrete, Collado Villalba o Galapagar, también recogen en sus ordenanzas recomendaciones que desaconsejan expresamente utilizar setos de coníferas o su progresiva eliminación para prevenir incendios.

Y es que, los setos de arizónica (Cupressus arizonica) se han convertido en una opción habitual presente en multitud de parcelas y jardines de las urbanizaciones debido a su rápido crecimiento, su resistencia y la privacidad que ofrecen.

Sin embargo, este elemento protector y ornamental puede convertirse en un grave problema en caso de incendio, al actuar como un acelerante que facilita la propagación del fuego hacia viviendas y espacios naturales.

Qué hacer para prevenir incendios y afrontarlos con seguridad
Qué hacer para prevenir incendios y afrontarlos con seguridad
Qué hacer para prevenir incendios y afrontarlos con seguridad

Qué hacer para prevenir incendios y afrontarlos con seguridad

Cuando un incendio alcanza un seto de arizónicas, la escena se repite siempre: la vegetación prende en cuestión de segundos, se eleva una columna de fuego de varios metros y las chispas vuelan hacia tejados, coches y parcelas vecinas. Lo que debería ser un simple arbusto ornamental se convierte en una antorcha capaz de arrastrar el fuego de un extremo a otro de la calle.

El problema no es solo su inflamabilidad natural, fruto de la gran cantidad de resinas y aceites que contienen, sino también la forma en que se plantan: hileras compactas, con ramas secas escondidas en su interior, como un bidón de gasolina camuflado bajo hojas verdes.

Cuando una arizónica prende se comporta como una columna de fuego que alcanza varios metros de altura. Esta llama vertical puede trasladar el fuego a tejados, fachadas, tendidos eléctricos o a la vegetación circundante.

La solución pasa por elegir otras barreras naturales, igualmente estéticas y mucho menos inflamables: laurel, madroño, adelfa, fotinia. Plantas que, además, pueden ser autóctonas y favorecer la biodiversidad.

Además, el mantenimiento regular es fundamental: podar, limpiar restos secos y mantener cierta distancia entre las plantas y la vivienda.