La Policía Nacional ha detectado en la capital segoviana la presencia de integrantes del conocido como Clan de las Bosnias, la banda de carteristas más activa del metro de Madrid, cuyo modus operandi consiste en hacerse pasar por turistas para robar a sus víctimas.
Agentes del Cuerpo han evitado en los últimos días, hasta en tres ocasiones, la acción de este grupo en la capital fruto del dispositivo de prevención de hurtos en zonas turísticas y comerciales. Las mujeres, algunas de las cuales supera el centenar de detenciones, fueron identificadas y trasladadas a la Comisaría y dejaron la ciudad tras abandonar las dependencias policiales.
La Policía, según han informado fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Segovia, sospecha que este grupo se está trasladando a ciudades limítrofes de Madrid, donde aún no es tan conocido, para delinquir con mayor facilidad. Granada, Córdoba o Barcelona figuran entre los lugares donde han actuado las mujeres de origen bosnio.
Las integrantes del Clan se hicieron famosas hace poco más de un año, cuando fueron detenidas y un juez les puso como medida cautelar que no pudieran acceder al Metro de Madrid. A raíz de ello, y según datos de la Brigada Móvil del Cuerpo Nacional de Policía, los robos en el metropolitano bajaron hasta un 40 por ciento.
MODUS OPERANDI
En cuanto al modus operandi, el Cuerpo ha indicado que las mujeres se hacen pasar por turistas y se camuflan entre sus potenciales víctimas, portando grandes mapas que utilizan como muletas para ocultar sus manos cuando cometen los hurtos. Suelen rodear a la víctima, a la que muestran el mapa y le preguntan por alguna dirección para distraer su atención mientras alguna de ellas logra sustraerle la cartera.
También suelen llevar gorros de diferentes colores y granes pañuelos, para cambiar su apariencia y dificultar su localización por parte de las víctimas y los agentes. El método que suelen utilizar es el conocido como el tapón. El grupo actúa perfectamente coordinado y aprovecha un lugar concurrido para rodear a la víctima elegida y apoderarse del bolso, cartera o efectos que lleve.
Una vez tienen los efectos en su poder, un miembro de la banda abandona el lugar rápidamente con una chaqueta o periódico bajo los que esconde los objetos. Cuando se considera fuera de peligro, coge el dinero y se deshace de la cartera arrojándola en una papelera.