El conocido clan de carteristas de "las Bosnias" hizo su agosto en el Metro de Madrid. La decisión judicial, ahora revocada, de desterrarlas del suburbano ha contribuido a disminuir en casi un 40 por ciento el número de robos en este medio de transporte en lo que va de año.
El pasado 15 de febrero un juzgado madrileño impuso una novedosa medida cautelar, consistente en impedir el acceso al suburbano a cinco jóvenes que la Policía consideraba las carteristas más activas de la capital. Entre todas suman más de 300 antecedentes y la década que llevan actuando les ha permitido llevar un alto nivel de vida.
Apenas tres meses más tarde, la Audiencia Provincial revocó esa prohibición al considerar que la protección de eventuales víctimas futuras de las carteristas no precisaba "de prohibiciones cautelares de acceso" y que "las Bosnias" tenían derecho a moverse en transporte público.
Sin embargo, los agentes que custodian el Metro, los autobuses y los trenes madrileños no han vuelto a ver a estas expertas carteristas, que según fuentes policiales se fueron a Barcelona tras la primera resolución judicial y, por el momento, no han vuelto.
Lo que está confirmado es que desde que se marcharon el número de denuncias por hurtos en el suburbano han descendido "de forma importante", según ha explicado a Efe el inspector jefe José Carlos de Frutos, que ha destacado que la Brigada Móvil de la Policía Nacional practica numerosas detenciones de carteristas, pero normalmente sólo se les puede imputar una falta -lo sustraído vale menos de 400 euros- y no pasan a disposición judicial.
El inspector ha subrayado que la Fiscalía les apoya en su esfuerzo por impedir que estos delincuentes sigan actuando y ha solicitado en alguna ocasión que se restrinja el acceso al Metro de algunos de ellos, pero solo prosperó en el caso de "las Bosnias".
Durante los cuatro primeros meses de 2013 la Policía ha practicado 2.390 detenciones en Metro de Madrid, frente a las 3.859 del mismo período de 2012 (un 38 por ciento menos), y ha contabilizado 4.990 faltas y hurtos, frente a los 5.969 de los primeros cuatro meses del año pasado (un descenso del 16 por ciento).
Estas cifras, que a priori pueden resultar altas, reflejan que la probabilidad de ser víctima de un robo o un hurto en el Metro de Madrid es únicamente del 0,0000178 por ciento, según el inspector De Frutos, que incide en que "si se tuviera más cuidado, sería aún menor" ese porcentaje.
"Si estás pendiente, no te roban, porque eligen a las víctimas más despistadas", sostiene el inspector, que reitera que "si te fijas, los ves".
No se sabe el número exacto de carteristas que hay en el Metro madrileño, pero se calcula que han llegado a ser 500. La mayoría están identificados, no son violentos normalmente e incluso "la relación personal con los policías es hasta buena, porque entienden el trabajo de los agentes", según De Frutos.
Los hay especializados en sacar billeteras y móviles de los bolsillos -bolsilleros-, expertos en sacar objetos de los bolsos solo con dos dedos -piqueros- e incluso en robar a los jóvenes que vuelven a casa "perjudicados" tras salir de fiesta -chinaores-.
Por eso, la Brigada Móvil, integrada por 311 agentes, de los que 121 están destinados en Metro, les persigue tanto en el suburbano como en los autobuses urbanos e interurbanos y en las estaciones de Renfe y los trenes de Cercanías.
Además de estos agentes, Metro de Madrid cuenta con unos 1.900 vigilantes de seguridad de diferentes empresas y con un sistema de videovigilancia con 8.000 cámaras que graban casi todo lo que ocurre.
El jefe de Seguridad del suburbano, Javier García Cediñanos, ha explicado a Efe que esta infraestructura no es sólo para evitar robos, sino también para atender emergencias o accidentes que surgen en un transporte que utilizan 1,7 millones de pasajeros cada día, por lo que el porcentaje de víctima de robos es "bajísimo" y se puede asegura que "el Metro es muy seguro".
García ha subrayado que las cámaras cubren todas las estaciones y la mitad de los trenes de Metro, y además "es muy difícil no encontrarse en un trayecto con policías, vigilantes o personal de la compañía", motivo por el que el 70 por ciento de los usuarios cree que Metro es igual o más seguro que las calles.