Cae en Alcalá una banda que robaba coches y los desmontaba en horas para venderlos por piezas

  • Hay siete detenidos
Policía Nacional
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La Policía Nacional ha desmantelado una banda que robaba coches de gama media y los desmontaba en horas para venderlos por piezas según las peticiones que recibía en Internet o en distintos talleres.

Según informó la Policía, como integrantes de esta banda han sido detenidas siete personas, que actuaban como una cadena de montaje de una fábrica. Robaban el coche adecuado y lo trasladaban hasta una nave industrial de Alcalá de Henares, donde se desmontaba en función de los elementos que se necesitaban.

Venta en Internet y talleres

Posteriormente, las piezas útiles eran vendidas a través de Internet y en talleres, mientras que el chasis y las partes carentes de valor se enviaban a chatarrerías, donde desaparecía cualquier rastro del vehículo. En el registro del taller clandestino, los agentes recuperaron tres vehículos completos sustraídos y una gran cantidad de piezas cortadas y despiezadas, así como multitud de útiles para realizar la ilícita actividad.

Entre los siete detenidos se encuentran los encargados del robo y despiece, así como los receptores de las piezas. Las gestiones de los agentes han permitido esclarecer, hasta el momento, 25 hechos delictivos que habrían causado un perjuicio económico superior a los 600.000 euros.La investigación comenzó el pasado mes de febrero, cuando los policías tuvieron conocimiento de una nave industrial situada en Alcalá de Henares donde presuntamente se despiezaban vehículos sustraídos. Las pesquisas determinaron que el grupo delictivo funcionaba como una empresa especializaba en el robo de coches de gama media.

Una banda muy estructurada

Cada uno de sus miembros tenía una función específica y perfectamente coordinada con los demás, actuando como una cadena de montaje de una fábrica que se ponía en marcha cuando entraba la demanda de un producto hasta satisfacer el pedido.

Tras robar el coche era recibido en el taller, donde se desmontaba en función de los elementos que se iban a vender a terceros -motor, caja de cambios, volante, salpicadero, llantas de aleación o asientos- abandonando el resto de las piezas que carecían de valor. Esta tarea se efectuaba por tres personas en cuestión de horas, empaquetando y distribuyendo las piezas de más valor, separando las que carecían de valor para su destrucción.

La operación también permitió averiguar que la banda desarticulada se dedicaba a estafar a compañías aseguradoras, al estar en connivencia las supuestas víctimas de los robos con las personas que despiezaban los vehículos. De esta forma obtenían un doble beneficio ya que, por un lado, conseguían la indemnización de la compañía aseguradora y, por otro, el dinero obtenido por la venta de las piezas de dicho vehículo.