El tifón Phanfone, el más fuerte que ha golpeado el centro de Japón durante la última década, se alejó del país tras causar al menos un muerto, seis desaparecidos, medio centenar de heridos y graves interrupciones en el transporte.
El Phanfone ha sido el decimoctavo tifón de esta temporada en Japón, donde ha provocado vientos de más de 220 kilómetros por hora, un fuerte oleaje, intensas precipitaciones y desplazamientos de tierra, lo que además de daños humanos provocó que se paralizaran importantes conexiones aéreas y ferroviarias en hora punta.
El fenómeno meteorológico dejó espectaculares imágenes de olas gigantescas, carreteras inundadas, mobiliario urbano y ramas de árboles desplazados por las ráfagas de viento, así como de millares de viajeros que quedaron atrapados en aeropuertos y estaciones de trenes por las cancelaciones de trayectos.
El tifón llegó al sur del país en la tarde del domingo, y posteriormente se desplazó hacia el norte hasta aproximarse al área metropolitana de Tokio durante el mediodía de hoy, antes de seguir avanzando hacia el noreste y adentrarse de nuevo en el pacífico, según informó la Agencia Meteorológica nipona (JAMA).
En el archipiélago de Okinawa (suroeste), el fuerte oleaje desatado por el tifón arrastró a tres soldados estadounidenses, uno de los cuales ha fallecido ahogado al tiempo que los otros dos permanecen aún desaparecidos.
Los otros cuatro desaparecidos son un joven de 21 años que fue engullido por el mar mientras practicaba surf en una playa de Kanagawa (sur de Tokio) y tres personas que quedaron sepultadas por corrimientos de tierra en Yokohama, también al sur de la capital, entre ellos un estudiante de secundaria, informó la cadena pública NHK.
El tifón también ha causado al menos 53 heridos de diversa consideración en una veintena de prefecturas niponas del centro, el oeste y del sur del país, la mayoría de las cuales se encontraban en alerta roja -el segundo nivel más alto de la Agencia Meterológica nipona- por fuertes precipitaciones.
Además, las autoridades niponas recomendaron la evacuación de hasta 2,7 millones de personas de doce prefecturas, principalmente en la antes citada de Kanagawa y la de Shizuoka (centro), informó la agencia Kyodo.
Durante la mañana de hoy se cancelaron más de un centenar de trenes bala, lo que afectó a unos 135.000 pasajeros, muchos de los cuales realizaban trayectos entre Tokio y Osaka, los dos principales núcleos de económicos del país.
En el centro del país, se cancelaron unos 620 vuelos nacionales e internacionales, la mayoría con origen o destino en los aeropuertos tokiotas de Haneda y Narita.
Estas interrupciones, unidas a las de trenes y autobuses que realizan trayectos regionales, locales o urbanos, impidieron que un gran número de trabajadores pudieran acudir hoy al trabajo.
Las condiciones meteorológicas también dejaron sin luz a unas 60.000 viviendas en once prefecturas niponas.
Por otra parte, el tifón, clasificado como "fuerte" por el organismo meteorológico nipón, obligó a cancelar todas las operaciones en el exterior que se llevan a cabo en la accidentada central nuclear de Fukushima Daiichi, que resultó golpeada por el terremoto y tsunami del 11 de marzo de 2011.
También permanecen suspendidas desde el sábado las operaciones de búsqueda en el monte Ontake, cuya erupción ha dejado hasta el momento 51 muertos y 13 desaparecidos, mientras que las autoridades niponas tomaron medidas para evitar que las lluvias arrastren cenizas volcánicas y rocas hasta las localidades ubicada al pie del volcán.
Entre otras consecuencias del fenómeno, el fabricante de coches Toyota Motor se vio obligado a cerrar hoy 12 de sus plantas en el país, según confirmó a Efe un portavoz de la compañía, mientras que otros fabricantes como Honda Motor o Mitsubishi Motors también cerraron sus instalaciones, según los medios nipones.