El conservador Rui Rio asumió hoy oficialmente el liderazgo del Partido Social Demócrata (PSD) de Portugal, cargo que deja el exprimer ministro Pedro Passos Coelho y frente al cual aspira a volver a gobernar el país.
"Queremos ganar las próximas elecciones y liderar un gobierno capaz de sustituir a una solución gobernativa atrapada en contradicciones estructuralmente insuperables", sostuvo en su discurso de cierre del congreso del partido, celebrado desde el viernes en Lisboa.
Rio se refería así al Ejecutivo del socialista António Costa, formado a finales de 2015 gracias a una inédita alianza parlamentaria con los marxistas del Bloque de Izquierda y los comunistas, que desplazó a la oposición al PSD.
Se trata, dijo, de un Gobierno "que navega al sabor de la coyuntura y no prepara el futuro como debe ser preparado", una situación frente a la que, prometió, su formación se enfrentará bajo su nuevo liderazgo con propuestas centradas en recuperar el favor de la clase media.
"El programa de ajuste que fuimos obligados a cumplir (tras el rescate) afectó particularmente a la clase media. Nuestra apuesta tiene que ser conseguir, de forma segura y sostenible, reforzar la calidad de vida de esos portugueses", aseveró.
Rio ha asumido su nuevo rol en un momento complejo para el partido: aunque aún es la segunda opción política de Portugal y la primera entre el voto de derechas, su intención de voto se ha desplomado en los últimos meses y actualmente los socialistas les sacan catorce puntos de ventaja.
Pretende recortar distancias, según ha expuesto, con una oposición más dura en lo relativo a las políticas sociales, un terreno tradicionalmente más transitado por la izquierda; Rio ha llamado la atención a la necesidad de aumentar la natalidad, fortalecer la salud pública y evitar la despoblación en el interior.
Especialmente aplaudida ha sido su referencia a la tercera edad y al sistema de pensiones, cuya revisión y sostenibilidad consideró "un imperativo moral y ético", y también sus referencias al modelo de crecimiento económico del país.
"El débil crecimiento económico de Portugal que se ha conseguido es hijo de la coyuntura internacional favorable, y no de cualquier semilla que haya sido plantada" por el actual gobierno socialista, dijo.
Se trata, agregó, de "una coyuntura con excesiva dependencia del sector del turismo, que tiene sus limitaciones en materia de salarios, de valor agregado y algunas vulnerabilidades".
"Por eso se impone no matar la gallina de los huevos de oro, pero al mismo tiempo construir un modelo de crecimiento menos vulnerable a los ciclos", apostilló.
La intervención de Rio, quien también prometió diálogo entre partidos, fue seguida en el auditorio por la número dos del Partido Socialista, Ana Catarina Mendes, y la responsable del democristiano CDS, Assunção Cristas, un aliado tradicional que además gobernó con el PSD de Passos Coelho entre 2011 y 2015.
Passos Coelho ha sido otro de los protagonistas de la cita, en la que se ha despedido de la política para dedicarse a la vida académica.
"Fue un honor haber servido a Portugal, a los portugueses y a todos vosotros", dijo a sus militantes el viernes por la noche, cuando se dirigió a ellos por última vez tras casi ocho años de liderazgo.
El hombre asociado a la austeridad exigida por la troika aseguró que el partido estuvo "a la altura de la tarea" en ese crítico periodo, y se presentó como "un soldado" para contribuir a la unión de la formación, que celebró el pasado enero las primarias para elegir a su sucesor.
Con Rio llega un previsible endurecimiento del tono parlamentario para ejercer la oposición a los socialistas, que presumen de buenos indicadores macroeconómicos en el ecuador de su legislatura.
Frente a esa realidad, los conservadores del PSD han dejado ver que exigirán "políticas publicas promotoras de la inversión", algo que, a juicio de su nuevo líder, el Ejecutivo de Costa "no tiene condiciones de llevar a cabo" por "estar amarrado a sus compromisos de la izquierda, contraria a la iniciativa privada".