La primera ministra británica, Liz Truss, anunció este jueves la congelación temporal de las facturas energéticas de los consumidores, con un tope anual de 2.500 libras (2.874 euros) durante un periodo de dos años a partir del 1 de octubre.
En una intervención ante la Cámara de los Comunes (Baja), la nueva jefa del Ejecutivo dijo que su nuevo plan energético dará "certeza" a los ciudadanos e "impulsará el crecimiento" económico.
Truss, que el pasado martes asumió las riendas del Gobierno británico tras la dimisión de Boris Johnson, detalló estas medidas a fin de contrarrestar el efecto del notable aumento en los precios de la energía y su impacto en los ciudadanos, dado que estaba previsto que las facturas sufrieran un incremento del 80 % desde este octubre.