Un ciudadano israelí murió hoy a causa de las heridas que le produjo un cohete lanzado desde Gaza y es la primera víctima mortal de esta nacionalidad desde que hace ocho días comenzó la operación "Margen Protector" contra Hamás, informó el Ejército.
Un cohete lanzado por milicias palestinas impactó en el paso fronterizo de Erez, entre Israel y Gaza, provocando heridas graves a un ciudadano, que finalmente causaron su muerte, e hiriendo levemente a un soldado que se encontraba en la zona.
Hasta la fecha, se trata del primer israelí fallecido en la ofensiva en Gaza iniciada el pasado día 8, que ha dejado más de 190 muertos, en su mayoría civiles, y 1.400 heridos.
Los más de 1.000 cohetes disparados en dirección a Israel desde entonces habían provocado hasta ahora desperfectos en infraestructuras y vehículos, además de una decena de heridos de diversa consideración.
A primera hora de esta mañana, el gabinete político y de seguridad de Israel había aprobado aceptar el alto el fuego propuesto por Egipto y la actividad bélica sobre la franja cesó a las 09.00 hora local (06.00 GMT).
Sin embargo, seis horas después y ante la lluvia de cohetes, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ordenó a la aviación de guerra reanudar los ataques.
El grupo radical palestino Yihad Islámica admitió hoy que recibió anoche la iniciativa de alto el fuego egipcia y que, al igual que el movimiento islamista Hamás, la evalúa.
"Nuestra respuesta llegará con la de Hamás", que ha dejado entrever que contestará a última hora de la tarde, indicó en un comunicado Jaled al Batash, uno de los líderes de la Yihad en la franja.
Sin embargo, desde las 09.00 hora local, cerca de 125 cohetes fueron disparados por milicias palestinas, según informó el Ejército israelí, y 100 de ellos hicieron impacto en territorio de Israel.
El primer ministro israelí subrayó que Hamás no ha dejado a su país otra opción que ampliar e intensificar su ofensiva sobre la franja, avanzaron hoy medios locales.
"Estábamos preparados para solventar esto por la vía diplomática, pero Hamás no nos ha dejado opción. Quien trata de hacer daño a Israel resulta dañado", dijo Netanyahu poco después de que se conociera la primera víctima civil israelí a causa del lanzamiento de cohetes.
SE REANUDAN BOMBARDEOS
Seis horas después y ante la lluvia de cohetes, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ordenó a la aviación de guerra que volviera a responder a las agresiones ante la insistencia de las milicias en su amenaza.
Así, aviones de combate israelíes atacaron una treintena de posiciones -entre ellas casas civiles- en la localidad meridional de Jan Yunis y barrios de Gaza como Al Zaitun y el campo de refugiados de Bureij.
En uno de ellos, tres familias palestinas -unas treinta personas- se quedaron sin techo, después de que el edificio de tres plantas en el que vivían fuera derruido por un misil israelí.
Las familias fueron avisadas con antelación y pudieron salir del inmueble, que quedó reducido a escombros.
"No hemos podido salvar nada, algo de dinero y poco más. Los vecinos nos han dejado un lugar para dormir, pero vamos a ir a casa de mi hermano, en el sur", explicó a Efe Marwan, patriarca de una de las familias afectadas.
Tras una semana de silencio, la posibilidad de un alto el fuego devolvió también el foco de atención al ministro israelí del Asunto Exteriores, Avigdor Lieberman, uno de los halcones más duro y precursor desde el inicio de una operación a gran escala en Gaza.
En declaraciones difundidas por la prensa local, Lieberman, quien vive en una colonia, insistió en que la ofensiva "Margen Protector", que en ocho días ha segado la vida de casi 200 personas, debe concluir con la ocupación de la franja.
"Israel debe llegar hasta el final. Un alto al fuego es un acuerdo tácito para que Hamás continúe fortaleciéndose", dijo en una rueda de prensa en la que atacó la titubeante postura de Netanyahu sobre una posible incursión terrestre y la aceptación de la propuesta de cese de hostilidades de Egipto.
La operación sólo debe terminar "con el control de toda la franja de Gaza" por el Ejército, para lo que hay que dejar "las dudas eternas y el planteamiento de preguntas", explicó, según el diario "Haaretz".
Ayer, el jefe de la diplomacia israelí ya había afirmado: "Si la operación acaba ahora, nos quedará claro a todos que será sólo un paréntesis antes de la cuarta operación" en Gaza.
Las dos primeras fueron en 2008 y 2012 y la actual es la tercera ofensiva israelí en sólo seis años.
Lieberman abogó por terminar con lo iniciado, esto es, debilitar al máximo las infraestructuras del movimiento islamista en el enclave y terminar con el lanzamiento de cohetes.
"Todas las formulaciones diplomáticas son dañinas en este momento. La toma de control total sobre la franja de Gaza es el único camino para Israel", espetó.
En cualquier caso, un alto al fuego significaría, a su juicio, "una preparación para la siguiente operación" porque "está claro que Hamás usará cualquier cese de hostilidades para fabricar más cohetes y adquirir más explosivos".
Bajo su criterio, esta es la razón por la que la llamada "Desconexión" de Gaza en 2005, que supuso la evacuación de 8.000 colonos y fuerzas israelíes de la franja, fue un error que no debe repetirse.
"Tenemos que decirle al mundo que nos presionaron para lograr esto, porque era lo que creíais que había que hacer. Y por eso, ahora debéis respaldarnos en llegar hasta el final", concluyó en su apelación a la comunidad internacional.
Lieberman defiende un ataque a gran escala a Hamás desde que Israel acusara a este grupo de asesinar a tres jóvenes judíos desaparecidos el pasado 12 de junio cuando hacían autostop cerca de una colonia israelí en Cisjordania.
Desde que los cadáveres fueron encontrados, criticó la respuesta del Ejecutivo e, incluso, rompió la alianza que mantenía con el partido del primer ministro, el Likud, y que llevó a ambos al triunfo electoral en 2013.