La coalición Campo Sionista (integrada por el Partido Laborista y el centrista Hatnuá) y el Partido Likud obtienen 27 escaños cada uno, según los primeros sondeos difundidos por el Canal 10 y el Canal 1 de la televisión israelí al cierre de las urnas en las elecciones celebradas en Israel.
Ambos sondeos sitúan en tercera posición a la Lista Árabe Común con entre 12 y 13 escaños, y en cuarta al partido Yesh Atid, del exministro de Finanzas Yari Lapid, con entre 11 y 12 diputados.
La formación política gran derrotada sería Hogar Judío, de Naftalí Bennet, que solo obtiene entre 8 y 9 diputados, por debajo incluso del partido de centroderecha Kulanu, que con 10 escaños se convierte en el fiel de la balanza para la formación de gobierno.
En la parte baja de la lista, según los sondeos, se encuentran los partidos ultraortodoxos Judaísmo Unido de la Torá y Shas, con entre 6 y 7 escaños cada uno; el frente pacifista Meretz, con 5; y la formación ultranacionalista Israel Beitenu, con 5.
Según los analista de ambos canales, esta configuración provisional denota un empate técnico para la formación del nuevo gobierno, en el cual Kulanu -una formación escindida del Likud para estas elecciones- decidirá quién formará el ejecutivo, si el cabeza de cartel del Campo Sionista, Isaac Herzog, o el primer ministro israelí y líder del Likud, Benjamín Netanyahu.
30 FORMACIONES PARA 120 ESCAÑOS
En total, una treintena de formaciones se disputan los 120 escaños del Parlamento israelí (Knesset), al que se accede con un mínimo del 3,25% de los votos válidos. El índice histórico de participación se sitúa en torno al 77,3%, aunque en la última década y media ha caído por debajo del 70% y, de hecho, en los últimos comicios, en enero de 2013, fue del 67,8%.
A juzgar por los últimos procesos electorales y los sondeos del actual, a la próxima legislatura accederán entre 10 y 11 formaciones políticas, la mayor de ellas, el Campo Sionista de centroizquierda, con 24 escaños, seguida por el partido derechista Likud, del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, con entre 20 y 21 diputados.
Pese a que eventualmente obtenga el mayor número de escaños, el Campo Sionista podría quedarse fuera del gobierno, si, como es previsible, se alcanza un acuerdo entre el Likud y el resto de las fuerzas de derecha, con el apoyo de los tres partidos ultraortodoxos, todos los cuales, según los sondeos, obtendrían diputados suficientes como para mantener a Netanyahu en el poder.
NO HABRÁ GOBIERNO DE UNIDAD NACIONAL
Lo que sí parece descartado, a tenor de las manifestaciones hechas por unos y otros dirigentes en días pasados, es un gobierno de unidad entre el Likud, Campo Sionista y alguna fuerza adicional. La mayoría de los líderes políticos, así como el presidente del Estado de Israel, Reuven Rivlin, depositaron su voto a primeras horas de la mañana.
Tras votar, Rivlin hizo una declaración de los medios en la que pidió a sus compatriotas que aprovechen la celebración de las elecciones para "tomar el destino en sus manos", en la que calificó como "fiesta de la democracia".
Por su parte, Netanyahu afirmó nada más depositar su voto que si los resultados de los comicios son los que él espera, llamará de inmediato al líder del partido ultranacionalista Hogar Judío, Naftalí Bennet, para ofrecerle formar un gobierno de unidad. En una breve declaración a la prensa, Netanyahu precisó que la expresión "gobierno de unidad" significa la "unión de las fuerzas nacionales" y en ningún caso un Ejecutivo con el Partido Laborista.
El líder laborista y cabeza de cartel de la coalición Campo Sionista, Isaac Herzog, afirmó tras votar en Tel Aviv que en estas elecciones los ciudadanos optan "entre la esperanza y la desesperación". Su compañera de fórmula y líder del partido centrista Hatnuá, Tzipi Livni, afirmó que estos comicios son "una lucha entre el sionismo y el extremismo".
Livni quitó importancia a su inesperada decisión -anunciada el lunes- de no turnarse en la jefatura del gobierno con Herzog, si finalmente su formación estuviera en disposición de gobernar. "Herzog y yo somos socios y nuestro objetivo no es la poltrona, sino reemplazar" a Netanyahu.
El expresidente de Israel Simón Peres afirmó que las elecciones que se celebran hoy en este país "demostrarán al mundo que Israel es una democracia vibrante". "Me siento complacido de ejercer mi derecho y mi deber como ciudadano de votar; juntos le enseñaremos al mundo que Israel es una democracia vibrante con derechos iguales para todos", afirmó Peres, una de las figuras políticas más representativas de la historia israelí.
NETANYAHU AFIRMA QUE PROPONDRÁ FORMAR GOBIERNO AL LÍDER DE HOGAR JUDÍO
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó nada más depositar su voto que si los resultados de los comicios son los que él espera, llamará de inmediato al líder del partido ultranacionalista Hogar Judío, Naftalí Benett, para ofrecerle formar un gobierno de unidad.
En una breve declaración a la prensa nada más votar en su colegio electoral de Jerusalén, Netanyahu, líder del partido derechista Likud, precisó que la expresión "gobierno de unidad" significa la "unión de las fuerzas nacionales" y en ningún caso un Ejecutivo con el Partido Laborista.
"No habrá gobierno de unidad con el Partido Laborista", subrayó Netanyahu, a cuyo partido los sondeos previos otorgan 20 o 21 escaños, mientras que la coalición Campo Sionista, integrada por laboristas y el partido centrista Hatnuá, podría conseguir 24. Netanyahu afirmó que tras llamar a Bennet hará lo mismo con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.