El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró que no permitirá la creación de un Estado palestino si continúa al frente del Ejecutivo tras los comicios de mañana, martes, informaron hoy medios locales.
"Creo que cualquiera que dé pasos para establecer un estado palestino y evacuar territorios (en alusión a los asentamientos judíos en Cisjordania) abona el terreno a los ataques de los islamistas radicales contra Israel", dijo Netanyahu en declaraciones al periódico digital conservador NRG.
Y en un ataque al Campo Sionista, que preside su rival laborista Isaac Herzog, que aspira a arrebatarle la jefatura del Gobierno, afirmó que "la izquierda ha enterrado la cabeza en la tierra una y otra vez, ignorando esto". "Pero nosotros somos realistas y entendemos (la situación)", apostilló.
La postura expresada hoy por el primer ministro y jefe del Likud, que en las elecciones de mañana aspira a renovar mandato por tercera vez consecutiva en sólo seis años, contradice su discurso de 2009 en la Universidad de Bar Ilán, donde aceptó públicamente por primera vez la solución de dos estados.
Desde el pasado diciembre, el primer ministro israelí se ha expresado en varias ocasiones contra la creación de un Estado palestino mientras la inestabilidad continúe en la región de Oriente Medio, pero en esta ocasión es la primera vez que se compromete públicamente a evitar que se cree.
Según la página en internet del diario Haaretz, las declaraciones de Netanyahu en un medio de la esfera política derechista colonizadora y propiedad del multimillonario Sheldon Edelson, es un "intento de última hora" de atraer votantes del partido Hogar Judío, que representa a los colonos.
El líder de ese partido, Naftalí Bennet, aboga en su campaña por la anexión de las partes de Cisjordania que aún están bajo control israelí y la creación de un ente palestino autónomo, lo que según algunos sondeos ha desviado varios escaños del Likud hacia esta formación.
Los últimos sondeos prevén una victoria del Campo Sionista sobre el Likud por una diferencia de cuatro escaños, 24-20, y un fortalecimiento del partido Hogar Judío, que se perfila como el aliado más influyente en el próximo Ejecutivo, dado que el centro izquierda no tendrá suficientes apoyos para formar gobierno.
En la entrevista, el primer ministro israelí también hizo referencia al estatus de Jerusalén como capital indivisible de Israel, y afirmó que si saliera elegido el tándem que Herzog tiene con la ex ministra Tzipi Livni "se dejaría llevar por la comunidad internacional y aceptaría sus órdenes", entre otras, la de congelar la construcción en la parte este de la ciudad.
Horas antes, esta mañana, en una visita al barrio judío de Har Homá, construido a partir de 1995 en territorio ocupado de Jerusalén este, el dirigente conservador ya había advertido que de no ser elegido mañana su partido, Jerusalén se convertiría en "Hamastán",
"Si Tzipi (Livni) y Buyi (Isaac Herzog) forman gobierno se establecerá aquí un Hamástán B", dijo al referirse al feudo creado en Gaza por el movimiento islamista palestino Hamás.