La banca se prepara para intensificar la ronda de fusiones tras presentar al Banco de España unos planes de saneamiento que demuestran las dificultades de varias entidades para cumplir por sí solas con las nuevas exigencias del Gobierno.
Como estaba previsto, ocho semanas después de que el Ejecutivo aprobase la reforma financiera que obliga a la banca a destinar más de 50.000 millones de euros para sanear el riesgo inmobiliario, las entidades han remitido su estrategia al Banco de España.
Esa cifra se divide en tres grandes partidas: 25.000 millones en provisiones para activos problemáticos; 10.000 millones para activos aún buenos; y unos 15.000 millones en un colchón para cubrir mejor el riesgo del suelo y los edificios en obras.
La intención del Gobierno es que ese saneamiento se realice cuanto antes y así se ha comprometido a hacerlo la gran banca, que saca pecho porque se ve con la suficiente capacidad para hacerlo en solitario y, por tanto, en un solo año.
Tanto el Banco Santander, como BBVA, La Caixa-CaixaBank, Popular y el Sabadell ya tienen parte del camino recorrido, pero también BFA-Bankia, aunque las exigencias de saneamiento le obligaban a atesorar este año casi 4.000 millones.
En cualquier caso, este grupo detalla al Banco de España que en apenas 15 días ha levantado más de 1.300 millones con la venta de sus participaciones en Mapfre América y en Bolsas y Mercados Españoles (BME), junto con la recompra de preferentes, bonos de titulización y deuda subordinada.
De esa manera, ayudado por las plusvalías obtenidas con estas operaciones, el grupo que preside Rodrigo Rato reduce la cifra que le queda por captar a 2.627 millones.
Algunas competidores y miembros del Ejecutivo siguen poniendo en duda si Bankia será capaz de conseguirlos, pero la estrategia presentada al Banco de España trata de disipar cualquier duda y reafirma su idea de seguir en solitario.
Pero según fuentes financieras, incluso NovaGalicia, participada mayoritariamente por el Estado y a la que buena parte del sector no le ve más salidas que una subasta, trata de convencer al supervisor de que puede seguir adelante sin descartar la llegada de inversores.
Es aquí donde podría producirse uno de los nuevos movimientos de concentración del sector, como el que culminarán en breve Unicaja junto a Caja España-Duero, Ibercaja con Caja3, o CaixaBank al absorber Banca Cívica.
Esta última entidad ha sido el más claro ejemplo de que por sí sola era incapaz de captar los más de 2.000 millones que necesitaba para sanear su riesgo inmobiliario.
Pero además de estas fusiones ya anunciadas, la banca espera que en las próximas semanas se produzcan más movimientos especialmente en las entidades de menor tamaño.
Así por ejemplo, el grupo BMN, liderado por Caja Murcia y Caja Granada, o Liberbank, son los que más papeletas tienen para protagonizar nuevas fusiones porque dejan la puerta abierta a ello, aunque plantean como primera opción seguir en solitario y captar en este año 1.000 y unos 840 millones, respectivamente.
En el caso de BMN, la entidad reconoce al supervisor que mirará el cuaderno de venta de Banco de Valencia, que saldrá a subasta en las próximas semanas, al igual que sucederá previsiblemente con CatalunyaCaixa.
El grupo catalán ha pedido hoy nuevamente que se adelante su subasta después de publicar que perdió 1.335 millones en 2011 al adelantar 1.505 millones para sanear una parte de su exposición al riesgo promotor y activos inmobiliarios.
Y las pérdidas podían haber sido aún mayores, puesto que a CatalunyaCaixa aún le quedan por sanear 1.595 millones más.
A partir de ahora, el Banco de España tendrá un plazo de 15 días hábiles para incluir las modificaciones o medidas adicionales que crea necesarias para garantizar que todas las entidades podrán cumplir su estrategia de saneamiento.