A pesar del anuncio de nacionalización de YPF por Argentina, la bolsa española ha conseguido hoy la tercera mayor subida del año, el 2,28 por ciento y se ha aproximado a 7.400 puntos impulsada por el avance de la banca, las compras de deuda y el alza de las plazas internacionales.
Con la prima de riesgo en 410 puntos básicos, el principal indicador de la bolsa española, el IBEX 35, ha subido 164,20 puntos, el 2,28 por ciento, hasta 7.373,30 puntos. Las pérdidas anuales bajan hasta el 13,93 por ciento.
En Europa destacó la subida del 3,68 por ciento de Milán, en tanto que el índice Euro Stoxx 50 subió el 2,86 por ciento; París, el 2,72 por ciento; Fráncfort, el 2,65 por ciento, y Londres, el 1,78 por ciento.
El proceso de nacionalización de YPF anunciado ayer por la presidenta argentina, Cristina Fernández, y la caída de Repsol -el 8 por ciento al iniciar la jornada- condicionaban la apertura de la bolsa española, que cedía alrededor del 1 por ciento y se situaba por debajo de 7.150 puntos.
Sin embargo, las compras de deuda desde la apertura permitían que la rentabilidad de los bonos españoles a largo plazo bajara del 6 por ciento y animara al parqué, que escapaba de las pérdidas.
Además, la India bajaba 0,5 puntos los tipos de interés, hasta el 8 por ciento, aunque revisaba a la baja su PIB para este ejercicio, que crecerá el 7,3 por ciento, tres décimas menos.
La subasta de letras en España, en la que colocó cerca de 3.200 millones a casi el doble de interés, lo que servía para aproximar a la bolsa a 7.300 puntos.
El mercado nacional también se apoyaba en el mantenimiento de la inflación en la zona euro en marzo en el 2,7 por ciento y en la mejora de la confianza inversora alemana -índice ZEW- por quinto mes consecutivo en abril.
El apoyo del presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, que descartó que España tenga que ser rescatada, luego refrendado por el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, quien añadió que España está cumpliendo con las reformas económicas, sirvió para continuar con ganancias.
Los resultados de Goldman Sachs, Coca Cola o Johnson and Johnson también favorecían al mercado, que no acogió con agrado las dudas del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, sobre los Presupuestos de 2012.
Si fueron bien recibidas las previsiones del FMI para España, que mejoraban respecto a las anteriores al señalar que el PIB español bajara el 1,8 por ciento este año y que el próximo crecerá el 0,1 por ciento, así como el aumento del 4,5 por ciento de los permisos de construcción de viviendas en los Estados Unidos en marzo, aunque las viviendas iniciadas cayeran el 5,8 por ciento.
Con el mantenimiento de la producción industrial estadounidense en marzo y la subida cercana al 1 por ciento de Wall Street en la apertura, que recuperaba el nivel de 13.000 puntos, el mercado nacional despegaba y consolidaba el rebote después de tres jornadas de pérdidas.
Al final de la sesión, el petróleo Brent se cambiaba a cerca de 119 dólares y la cotización del euro superaba 1,31 dólares. Excepto Repsol, que bajó el 6,06 por ciento, la mayor caída del IBEX por la decisión de Argentina de iniciar la nacionalización de YPF, el resto de los grandes valores subió: Banco Santander y BBVA, el 3,75 por ciento; Iberdrola, el 2,93 por ciento, y Telefónica, el 2,85 por ciento.
Acerinox consiguió el mayor alza del IBEX, el 6,82 por ciento, seguida de OHL, con el 6,2 por ciento, en tanto que ACS, tras conseguir un contrato en Polonia, el 5,42 por ciento.
Concluyeron con ganancias comprendidas entre el cuatro y el cinco por ciento seis compañías: Bankinter; ArcelorMittal; Caixabank; Mapfre; Técnicas Reunidas y Acciona.
REPSOL Y SACYR BAJAN MUCHO
Después de Repsol, el principal descenso del IBEX correspondió a Sacyr, el 5,92 por ciento, afectada por su participación en la petrolera, en tanto que Bolsas y Mercados Españoles cayó el 0,92 por ciento, y Mediaset, el 0,36 por ciento.
Vértice 360 comandó las ganancias del mercado continuo (26,44 por ciento), en tanto que Deoleo ocupó el lugar opuesto al bajar el 9,59 por ciento.
La rentabilidad de la deuda española a largo plazo bajó casi 20 centésimas y se situaba antes del cierre en el 5,85 por ciento, mientras que el rendimiento de los títulos germanos subía cuatro centésimas y quedaba en el 1,75 por ciento.
El efectivo negociado se ha situado en 2.948 millones de euros, de los que 600 fueron intermediados por inversores institucionales.