Los ministros de Economía de la eurozona han admitido este lunes "progresos" en las negociaciones con Grecia sobre el plan completo de reformas que le exige la troika, pero han avisado a Atenas de que se necesita "más tiempo y esfuerzo" para lograr un acuerdo que permita desbloquear el último tramo de 7.200 millones de euros del rescate.
Los ministros de Economía de la eurozona han pactado una breve declaración conjunta en la que dan la bienvenida a "los progresos logrados hasta ahora" y admiten que la reorganización de los procedimientos de trabajo, tras el cambio de equipo negociador por parte de Atenas, "ha permitido una aceleración y ha contribuido a una discusión más sustantiva".
El comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, ha asegurado que "ha habido un acercamiento de posiciones sobre algunos temas", entre los que ha mencionado la reforma en profundidad del régimen del IVA, la creación de una agencia independiente para la administración de los ingresos tributarios o la puesta en marcha de una estrategia para hacer frente al problema de los créditos morosos.
"Son avances que no hay que subestimar, son importantes, precisos y bienvenidos", ha subrayado Moscovici.
No obstante, la declaración conjunta del Eurogrupo resalta que "se necesita más tiempo y esfuerzo para cubrir las brechas en las cuestiones que quedan abiertas" y sostiene que el Gobierno de Atenas se ha comprometido a "acelerar su trabajo".
En este sentido, el comisario de Asuntos Económicos ha señalado que persisten diferencias importantes por lo que se refiere a "pensiones y mercado de trabajo". "Las autoridades griegas han sido claras sobre los aspectos del programa que no aceptan pero todavía tienen que presentar propuestas alternativas que puedan alcanzar los mismos objetivos de creación de empleo y sostenibilidad de las finanzas públicas", ha afirmado.
El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ha eludido hablar de plazos pero ha destacado que "tenemos un interés común con las autoridades griegas de lograr un acuerdo lo antes posible" porque existen "limitaciones temporales", ya que la actual prórroga del rescate vence el 30 de junio, y también "limitaciones de liquidez" por las crecientes dificultades de Atenas a la hora de afrontar sus pagos.
GRECIA DEBE DECIDIR SI NECESITA UN REFERENDUM
En su declaración conjunta, el Eurogrupo reitera a Grecia que no recibirá nada del último tramo de 7.200 millones de euros hasta que no llegue a un acuerdo con la troika sobre el plan de reformas. Dijsselbloem ha precisado además que Atenas tendrá que poner en marcha algunas de las reformas antes de recibir la ayuda, que podría dividirse en subtramos y condicionarse a la aplicación de determinadas medidas.
Además, el Eurogrupo rechaza empezar a hablar con Grecia sobre el tercer rescate que debería entrar en vigor tras el 30 de junio hasta que se cierre el actual programa. "No veo ninguna base para comenzar a discutir lo que pasa después de junio si no podemos llegar a un acuerdo previo sobre estos cuatro meses (de prórroga), y el tiempo se está acabando", ha avisado Dijsselbloem.
El presidente del Eurogrupo ha vuelto a repetir que corresponde al Gobierno de Syriza decidir si quiere convocar un referéndum sobre las reformas que le pide la troika, aunque ha admitido que una consulta impondría una nueva "restricción temporal" porque las reformas no se pondrían en marcha hasta después de la votación y sólo en ese momento se desembolsaría la ayuda.
"Corresponde a las autoridades griegas decidir si creen que un referéndum es necesario. No es cosa nuestra", ha dicho Dijsselbloem.
EL BCE NO RELAJARA LA LIQUIDEZ PARA GRECIA
El presidente del Eurogrupo ha asegurado que la declaración sobre Grecia pactada por los ministros no es un mensaje al Banco Central Europeo para que autorice a Atenas a elevar el límite de letras que puede emitir para financiarse, como esperaba el Gobierno de Syriza.
"No es un mensaje para el BCE y no puede serlo, porque el BCE es independiente y hará balance de la situación por su cuenta y de la situación en los bancos en Grecia", ha dicho Dijsselbloem. Fuentes del BCE han asegurado que no modificarán su postura hasta que haya un acuerdo de Atenas con la troika.