Diseñadores, modelos y apasionados de la moda de todo el mundo se reúnen desde hoy en la Semana de la Moda de Londres (London Fashion Week), en la que se presentarán durante cinco días las colecciones para la temporada otoño-invierno de 2012.
Hasta el próximo miércoles 22, más de 120 diseñadores internacionales mostrarán sus diseños en 105 pasarelas y treinta presentaciones durante una cita que atraerá a unos 5.000 visitantes, según las previsiones de los organizadores.
Esta edición cuenta con el esperado retorno a la capital británica de la modista inglesa Stella McCartney, después de que se decantase últimamente por la Semana de la Moda de París para presentar sus diseños.
La hija de Paul McCartney, diseñadora de los equipajes del Reino Unido para los Juegos Olímpicos, protagoniza mañana una "presentación especial" en el histórico palacio londinense del siglo XVIII Somerset House, escenario principal del festival, que también se celebrará en otras localizaciones como la Real Corte de Justicia o la antigua estación del tren Eurostar.
El próximo lunes, 20 de febrero, están programados los desfiles de Christopher Kane, Burberry, Erdem y McQ, la firma del fallecido Alexander McQueen.
Por las pasarelas de la Semana de la Moda de Londres también desfilarán, entre otros, los diseños para Topshop de la modista griega Mary Katrantzou y la colección del austríaco Peter Pilotto.
Considerada una de las cuatro grandes semanas de la moda en el mundo junto a Nueva York, París y Milán, las ventas de diseños durante la Semana de la Moda de Londres suponen unos cien millones de libras (120 millones de euros) cada año, según cifras oficiales.
Se trata de un evento bianual que organiza el British Fashion Council y que se celebró por primera vez en 1983 para promocionar la moda británica, un sector con el que la economía del Reino Unido ingresa 21.000 millones de libras (25.000 millones de euros) al año.
Según el alcalde de Londres, Boris Johnson, esta cita "no es solo atractiva para la vista, pues supone un gran negocio para la ciudad", ya que beneficia a otros sectores de la economía como la hostelería.
"Es una prueba de lo importante que es invertir en la increíble gente con talento que trabaja en las industrias creativas. Su trabajo no solo mejora la reputación de Londres en el mundo de la cultura, sino que su creatividad e innovación nos ayudarán a asegurar la prosperidad de la ciudad", añadió Johnson.