La barbarie del 13-N en París les hizo más famosos de lo que ya eran, aunque, paradójicamente, Eagles of Death Metal sea una banda que se nutre de una concepción socarrona de la música y del mundo que no piensan cambiar y que, tras dos intentos fallidos, traen este fin de semana a España.
"Me muero por llegar allí", dice aparentemente sincero al otro lado del teléfono Jesse Hughes, el cincuenta por ciento más activo de este grupo estadounidense de rock and roll (no de metal, como se informó erróneamente tras el atentado en la sala Bataclan durante su actuación), que probablemente no existiría sin David Bowie.
No lo parece en una primera escucha de sus canciones ni de su espectáculo, que exudan testosterona, aunque llevados a tal extremo, que lo suyo parece más un ejercicio irónico.
"Todo lo que sé sobre rock and roll y sobre cómo ser 'guay' empezó con Bowie, aunque suene cursi. Pertenece a ese grupo de músicos que no intentaban gustar a todo el mundo, solo hacer buena música. Cuando tenía 13 años, era como esa sonrisa amable que, en medio de la oscuridad, porta una lámpara y dice: 'Ven aquí'. Puede que no hubiese Eagles of Death Metal sin David Bowie", cuenta a Efe.
Su exaltación del intérprete de "Heroes", del que versionan siempre en directo "Moonage daydream", es de los pocos momentos en que se pone serio, durante una entrevista en la que están prohibidas las preguntas sobre París. Ni siquiera la de cómo afectó a su concepción musical ese cruento ataque terrorista en pleno concierto en el que murieron 89 personas.
A partir de entonces cobró especial dimensión uno de sus más recientes temas, "I Love You All the Time". Tras el 13-N, animaron a todo el mundo a versionarlo; a cambio, cederían todos los ingresos a las víctimas de la tragedia.
"Nadie va a cambiarme. Todo lo que siento es ahora más fuerte que antes, porque sé que cuento alrededor del mundo con mi familia del rock and roll. Si quieren saber qué se siente cuando se habla de amor y de comunidad, que vengan a uno de nuestros conciertos", afirma sobre el inapelable momento en el que tocan la canción en directo.
A España llegarán tras dos cancelaciones previas, una por los atentados y otra por una lesión de Hughes en un dedo, provocada por la rotura de un tendón. "Me siento estupendamente", asegura el músico, completamente "recuperado".
Como suele ser habitual, la banda llegará sin el otro cincuenta por ciento importante, el que corresponde a Josh Homme, líder a su vez de un coloso de la música, Queens of the Stone Age (QOTSA).
De broma, Hughes declara que "cuando Josh deje de hacer conciertos con QOTSA, quizás le deje volver a tocar con Eagles of Death Metal". Para entender su método de funcionamiento, recurre a otra metáfora: "Él es el almirante de un ejército y yo soy el capitán de mi propio barco".
Así pues, es Hughes quien lleva el timón de esta nave cuando zarpa fuera del estudio, en el que han alumbrado cuatro discos, incluido el reciente "Zipper down" (2015), del que en sus actuales conciertos tocan nueve de doce canciones.
Entre ellas está una versión de Duran Duran, "Save a prayer", otra muestra de una filosofía desprejuiciada sobre la música.
"Duran Duran es una de las mejores bandas del mundo. El rock and roll es actitud. Mira 'Rio', es uno de los mejores videoclips que he visto en mi vida. Y 'Bad boys', 'Monday', 'Union of the snake', 'Hungry like the wolf'... Estos tíos hacían un éxito detrás de otro para una audiencia masiva y sin sacrificar su integridad. Son héroes para mí", defiende.
Ese discurso sobre la integridad no choca a su modo de ver con el hecho de que las canciones de EODM pueblen numerosos anuncios de televisión o videojuegos.
"No creo que hacer negocios sea malo o que las empresas sean malignas. Lo que sí me parece es que es tonto no sacar provecho de los frutos de tu propio trabajo. No cedo música a alguien con quien no estoy de acuerdo; así evito tener que arrepentirme", sostiene.
Cuando acaben su actual gira, avanza Hughes, será el momento de retomar la trayectoria de su otro grupo, Boots, y de grabar nuevo álbum. Hasta entonces, se les puede ver el viernes en la sala Razzmatazz de Barcelona y el sábado en el festival DCODE de Madrid.