"Una gamberrada fantástica", así define Manuel González, productor del "Circo de los Horrores", este espectáculo circense que, con motivo de su décimo aniversario, estará en Madrid hasta el 20 de marzo con "Manicomio de los horrores", una de las dos "secuelas" de ese espectáculo. La estética de "Manicomio" es, explica González a Efe, "completamente diferente a la de la primera obra" y "aún más gamberra".
El espectáculo que ofrecen este mes en Madrid es el "que más ocupación rápida ha tenido" de los tres que representan, ya que la respuesta del público ha sido "brutal" y han estrenado con 30.000 entradas vendidas.
El éxito que han conseguido las tres propuestas de la compañía -que combinan teatro y circo-, desde que se estrenó la primera obra en 2006 sorprende incluso a este joven empresario y productor en Productores de Sonrisas, la empresa que promueve este y otros espectáculos circenses.
Sin embargo, González reconoce que tuvo muy claro desde el principio que quería embarcarse en el proyecto -creado por Suso Silva- porque lo suyo, dice "fue amor a primera vista" por una historia "fresca y original, que aporta un concepto nuevo y único".
Desde su nacimiento, más de tres millones de espectadores han visto este "show" que, en palabras de González, "se convirtió en una vía de escape en plena crisis".. Ese público de "los horrores" es, para él, "difícil de catalogar" porque es muy característico y porque abarca un amplio rango de edades, pero los adeptos a la "saga" tienen algo en común: el interés por esa "poética del terror" que huye de "un producto Halloween".
Además de "Manicomio", la compañía ha presentado en diferentes ciudades españolas e internacionales un tercer espectáculo llamado "Cabaret Maldito", en el que invitan a la gente a "pecar y a vender su alma".
"No nos quedamos ahí, tenemos muchas ganas y vamos a producir un cuarto 'show' con una estética muy definida y con nuevas historias, que se estrenará en octubre de 2018", adelanta el productor, que llevará próximamente el "Circo de los Horrores" a Los Ángeles, tras haber pasado por Italia, Perú o México.
Un lenguaje "universal", "gamberro" y "fresco", dice, es el que ha hecho a los jóvenes volver al circo, que si está "bien hecho", "gusta mucho".
Sobre la polémica por el uso de animales en las representaciones, González afirma que hay circos en los que los animales "no están en condiciones y eso hay que perseguirlo y hay que castigarlo", pero nunca abogaría con una prohibición, aunque él no los utiliza. "Deberíamos sentarnos gente del circo y las instituciones animalistas. Yo creo que así, a lo mejor, se encuentra solución al problema", concluye.