El coronavirus de Wuhan, sin control en China

El uso de mascarillas se ha extendido en China. Desde las autoridades en las ruedas de prensa, hasta los periodistas que asisten a ellas. Y millones de personas permanecen encerradas en casa por miedo a un contagio y por recomendaciones del gobierno chino.

Las calles de muchas ciudades, como la de Wuhan, donde se localizó el foco del coronavirus, están desiertas. Allí ha comenzado la construcción de un segundo hospital que tendrá capacidad para 1.500 camas. Cientos de personas trabajan 24 horas del día para que esté terminado antes del fin de semana.

Aún así, el alcalde ha admitido en televisión que la capacidad de la ciudad para enfrentar esta crisis no es suficiente.

Pánico

El pánico se extiende en China por el contagio del coronavirus que ya ha infectado a más de 2.800 personas y ha matado a más de 80.

Según la oficina de prevención de enfermedades del país, el control de la epidemia se encuentra en un momento crítico.

El gobierno ha puesto toda su maquinaria a pleno rendimiento, cancelando las vacaciones a miles de trabajadores que fabrican suministros médicos y sistemas de protección, y para repartirlo echan mano de las organizaciones benéficas, que deben ajustar sus donaciones en función de las necesidades.

El control de la epidemia se encuentra en un momento crítico

Las autoridades, además, están reutilizando trenes de pasajeros para enviar suministros, que llegan a las zonas afectadas también en avión junto. Junto a medicamentos y mascarillas, están enviando decenas de médicos, de otras partes del país.

El gobierno chino ha prohibido todo el comercio con animales salvajes, ha cancelado los Juegos Nacionales de Invierno y ha alargado las vacaciones del Año Nuevo, ampliando la cuarentena masiva de millones de habitantes, que por ahora deben seguir encerrados en casa.

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