La manada roja gana el primer gran desafío

Llegó la primera gran prueba de 40 Grados Norte. Las dos manadas tuvieron que completar una dura ruta que partía del poblado de El Atazar y llegaba hasta Patones de Arriba. Contaron con mapas, brújulas y GPS. Y las reglas estaban claras: los miembros de cada equipo no pueden separarse más de 5 metros, no pueden correr, tampoco pueden comer salvo en los puntos indicados y no pueden cambiar los pesos que los líderes hayan decidido previamente. Los lobos azules, capitaneados por Manu, tenían una ventaja de 10 minutos, que se vio minorada en 3 minutos de penalización por no dejar el campamento en perfecto estado tras pasar la noche.

Los primeros problemas para los azules han aparecido en la subida, donde Sam ha mostrado debilidad. Por detrás, los rojos han salido más cohesionados y muy confiados, y han detectado rápidamente que la fragilidad de la manada azul estaba precisamente en Sam, su componente más justo. Después de la fuerte subida, la manada roja ha alcanzado con relativa facilidad al equipo de Manu y han llegado por delante al primer punto de control.

Pero había más sorpresas. En el siguiente tramo los miembros de la manada debían conducir a su líder con los ojos cerrados. La manada roja, además fue penalizada con 3 minutos por separarse más de 5 metros durante la marcha. Por tanto, de nuevo los azules se adelantaron, pero volvieron a cometer un grave error y el GPS les jugó una mala pasada. Tras un complicado tramo para todos, entre piedras, arroyos y vegetación, los rojos llegaron con una mínima ventaja al punto de avituallamiento. Pocos metros después, el equipo de Miki llegaba a Patones. De este modo conseguían como premio evitar las primeras nominaciones y mantener a los cinco miembros del grupo.

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