La apuesta de Riaza por hierros toristas para su feria sigue dando sus frutos. Tras dos años de éxito con José Escolar, este año se optó por los gracilianos de Valdellán. Y volvió a salir cara la moneda. Una corrida muy seria y cuajada que tuvo dos buenos toros, tercero y cuarto, y otros que tuvieron sus opciones.
A Rubén Pinar no le vio a gusto durante toda la tarde. Con su primero, manejable, dio muchos pases pero faltó poso. Se asentó más con el noble cuarto, con el que se entendió de mitad de faena en adelante. Hubo temple y largura en el trazo de los naturales. Pero el fallo a espadas emborronó lo realizado.
De menos a más
Juan del Álamo se mostró solvente con el segundo de Valdellán, un toro que dejó a su aire, y firmó una faena de menos a más ante el quinto, con el que manejó con habilidad la espada. A mitad de faena fue prendido por el bajo vientre, aunque afortunadamente el pitón no caló.
Castizo, lidiado en tercer lugar, fue a la postre el toro más completo del sexteto. Un animal encastado y a más que metía la cara con nobleza y clase. Gómez del Pilar lo toreó con temple y firmeza, llevando muy toreado al astado del hierro leonés. No lo vio claro con la espada y perdió el posible trofeo.
Con el sexto si tocó pelo. La faena tuvo menos relieve con un toro que fue a menos pero al que avió de un certero volapié.
Ficha del festejo
-
Riaza (Segovia), sábado 21 de septiembre de 2019. Casi lleno
- Toros de Valdellán, muy bien presentados. Serios y con cuajó. De juego desigual. Destacaron el encastado tercero y el noble cuarto
-
Rubén Pinar, silencio y saludos
-
Juan del Álamo, silencio y oreja protestada
-
Gómez del Pilar, silencio y oreja