Vídeo: EFE | Foto:Telemadrid
(Actualizado

Belleza ideal, imagen de poder, deidad o símbolo de transformación; el cuerpo humano ha sido objeto de atención del arte desde la prehistoria. La exposición ‘La imagen humana. Arte, identidades y simbolismo’ explora sus mil y un significados en un proyecto del British Museum en colaboración con la Fundación la Caixa.

“El cuerpo ha sido un vehículo para representar ideas a lo largo de la historia”, ha explicado hoy el comisario de la muestra y conservador del British Museum, Brendan Moore con motivo de la inauguración de la muestra hoy en el Caixaforum de Madrid.

En total la muestra que ha concebido ha reunido 155 obras de distinta procedencia y heterogéneas disciplinas -escultura, vídeo, fotografía o pintura-, pero con un lugar común: el cuerpo humano.

La mayoría de los objetos procede de los fondos del British Museum (145), pero también hay una decena de la colección de la propia fundación ”la Caixa” (7), una instalación del Macba, y una obra prestada por del Museo del Prado.

Entre la nómina de autores se encuentran autores tan dispares como Henri Matisse, David Hockney, Goya, Manet, Alberto Durero, Luis de Madrazo, Koya Abe o Vanessa Beecroft, con el objetivo de que el espectador establezca lazos de unión a través del tiempo y el espacio.

Así, la pieza más antigua de la exposición, un cráneo encontrado en Jericó (Cisjordania) , con más de 10.000 años de antigüedad, convive con una instalación de arte contemporáneo del artista Óscar Muñoz, un vídeo en el que se ve cómo dibuja con agua y un pincel su propio retrato en una baldosa.

“Estos dos rostros están conectados por la idea de mortalidad”, ha explicado hoy Moore.

Este tipo de conexiones se dan a lo largo de todo el recorrido de la exposición, que inicialmente fue expuesta en Seul en 2015, pero que ahora se ha diseñado con un un discurso más centrado en la actualidad para su visita en Madrid.

Belleza y transformación

Cinco son los apartados realizados para mostrar al espectador este espectacular recorrido: belleza ideal, retratos, cuerpo divino, cuerpo político y transformación corporal.

Una estatua de Venus se muestra junto al de una diosa de Rajastán y una obra de Koya Abe (2008) que transforma la “Venus ante el espejo” de Velázquez, con una mujer con la espalda grabada con tatuajes japoneses.

Dentro de la muestra hay un pequeño homenaje a la historia del retrato, en el que el retrato de una mujer egipcia, datado de un siglo antes de Cristo y pintado probablemente para su memorial, convive con el autorretrato de tamaño natural del artista Ali Kazim, en el que su cuerpo desnudo e inerte del artista está despojado de todo signo de identidad.

El retrato, según el comisario, ofrece una visión subjetiva y parcial del modelo, no una imagen incontestable.

La muestra, que se podrá ver hasta enero de 2022 en Caixaforum Madrid, también aborda las muchas representaciones que el cuerpo ha tenido a lo largo de la historia como algo sagrado. Sus representaciones son tan dispares como conceptos de lo sagrado y lo religioso existen.

Imagen y poder

Una cabeza romana del dios Apolo en mármol, una figura del dios hindú Visnú, un Buda, una figura de Amón-Ra o una Virgen María con el niño Jesús del siglo XV se codean con una imagen más contemporánea, “Black Madonna with twins”, de la fotógrafa Vanessa Beecroft, pero que también representa lo sagrado.

El cuerpo y su representación también han sido claves en la propaganda política. “Los líderes políticos desde siempre han usado la imagen para transmitir poder, bien sea como estatuas, pinturas, monedas o pósters, siempre para idealizar al gobernante”, ha subrayado Moore.

Prueba de ello es una estatua de Marco Aurelio, una ilustración de Indira Gandhi o una de las millones de estatuas de Mao Tse Tung, que se atesoran en los hogares chinos y que está presente en la exposición.

Como broche final, el último tramo de la exposición se dedica a profundizar en cómo el cuerpo ha servido para abordar “rasgos extremos” y su poder de transformación. La presentación visual de la figura humana en una forma fantástica o drásticamente alterada es un fenómeno “prácticamente universal”, relata el comisario.

Máscaras funerarias, cabezas de difuntos, una videoinstalación del artista digital Rafael Lozano-Hemmer, que usa la cara de los visitantes para transformarse, o un aguafuerte de David Oxtoby sobre David Bowie, el artista que se reinventó una y otra vez, así lo demuestran.

“La exposición explora la evolución de la imagineria de los tiempos antiguos a la actualidad”, resume Moore, quien cree que la heterogeneidad de los artistas y disciplinas reunidas en la muestra, comparten “un propósito común”, que es hablar sobre “cómo somos y cómo nos vemos en el mundo”.