El Código Penal ha establecido como delito el abandono del lugar del accidente, que, según datos de la DGT, desde 2016 se han dado a la fuga 1.028 conductores en España. Recoge que el conductor que causa el accidente y abandone a la víctima en el lugar de los hechos, estando o no atendida por otras personas, se puede enfrentar a una pena de cárcel de 6 meses a 4 años.
En el caso de que no sea responsable del accidente, pero haya huido del lugar del siniestro en el que un peatón, otro conductor o un ciclista necesita ayuda, también incurriría en el delito de abandono, pero se enfrentaría a una pena mayor, de 3 a 6 meses de prisión.
La sanción por abandonar el lugar se amortigua si inmediatamente se entrega a la policía.
Asistir a la víctima no solo es un deber por ley, también debería ser una obligación moral. “Socialmente deberías hacer un rechazo total a este tipo de actuaciones y debería estar penado por la sociedad” he dicho Fernando Muñoz, presidente de la Asociación Stop Accidentes.
Los principales motivos que llevan a los conductores a darse a la fuga es por miedo por no tener seguro o carné o miedo a dar positivo en alcohol o drogas, siendo la última la principal causa de fuga.
