Chueca es el epicentro de las celebraciones del Orgullo. Un barrio en constante evolución y expansión que en 50 años ha pasado de ser marginal, a ser uno de los más reconocidos en el mundo y de los más caros para vivir en Madrid.
Los vecinos aseguran que cada vez está más pensado para el turismo y menos para los que viven allí. Uno de los últimos reductos del Chueca antiguo es la tienda Jeco, especializada en material de Bellas Artes. Rosa es la cuarta generación que ha conseguido resistir al frente del negocio. "Ofrecemos calidad, buen precio y buen servicio", asegura.
Paco, su hijo, la quinta generación, ve como el barrio va perdiendo su esencia. "Se está perdiendo el barrio, todo es para los turistas", afirma.
Esperanza atiende tras el mostrador del Herbolario La Fuente, en pie desde 1856 en la calle Pelayo, quien quiere seguir por muchos años.
Un barrio diferente sin sus tiendas de siempre. "Aquí antes lo tenías todo a mano", señala una residente.
Vecinos de toda la vida y pequeños comercios ven cómo sus calles están perdiendo la esencia de siempre por la especulación inmobiliaria y el ocio desmedido.