El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, anuncia su dimisión un día antes de la celebración de primarias en su partido, el cual le habría depuesto tanto de la jefatura del partido como del Gobierno, tras unos resultados electorales que no eran los esperados.
Una dimisión muestra la voluntad de asumir responsabilidades tras los resultados del pasado 20 de julio donde la coalición gobernante perdió la mayoría.
En Japón, el cargo de primer ministro lo ocupa el líder del partido más votado en unas generales, y un cambio de presidente en la formación deviene consigo un cambio en la jefatura de Gobierno.
Entre algunos de los logros del mandato de Ishiba, se encuentra el acuerdo comercial con Washington, una subida histórica del salario mínimo interprofesional y la aprobación de un presupuesto extraordinario para mitigar el impacto de la inflación.
Uno de sus posibles sucesores podría ser la exministra de Seguridad Económica Sanae Takaichi o el ministro de Agricultura, Shinjiro Koizumi.