Así fue el vuelo del piloto del caza que evaluó los daños del avión de Air Canadá

  • “No sentí muchos nervios, nos hemos visto en situaciones delicadas”, declara el capitán Roberto García Macías que a los mandos de un F-18 inspeccionó los daños del avión comercial que efectuó un aterrizaje de emergencia en Barajas

El Ejército del Aire puso en vuelo un F-18 en menos de 40 minutos tras recibir una petición de las autoridades civiles. Pocos minutos después de las 17.00 horas del pasado lunes, el capitán Roberto García Macías recibió la orden de ponerse a los mandos de un caza F-18 para comprobar el estado de un avión comercial de Air Canadá que sobrevolaba las inmediaciones de Madrid con daños en su tren de aterrizaje.

F18 desde la ventanilla del avión
F18 desde la ventanilla del avión

Tras una inspección "a conciencia", los daños visibles desde el exterior le tranquilizaron, ha asegurado. El capitán García Macías ha relatado su misión en una comparecencia en la sede del Ministerio de Defensa acompañado por el Jefe de Estado Mayor del Ejército del Aire (JEMA), general Javier Salto, y el jefe del Ala 12 en la que está destinado, el coronel Jerónimo Domínguez Barbero; al acto también ha asistido la ministra Margarita Robles.

El Ejército del Aire es el responsable de la vigilancia y control del espacio aéreo en la zona de soberanía española. Para ello, tiene organizado todo un entramado de unidades y escuadrillas que le permiten estar alerta y disponible las 24 horas del día los 365 días del año.

Pese a la expectación que había en tierra, el capitán García Macías ha asegurado que la misión no entrañaba una dificultad especial porque era similar a ejercicios que practican con asiduidad. "Después de años de experiencia, las cosas salen solas". Con ello, el capitán adaptó su velocidad a la del Boeing de Air Canadá, entre 200 y 220 nudos, y se colocó a escasos metros para poder analizar los daños y comprobar que solo una de las ruedas tenía el neumático dañado.

"La verdad es que me tranquilizó el estado del avión", ha confesado al haber comprobado que solo estaba dañada una de las diez ruedas con las que cuenta el aparato. También asegura que parecía calmado el comandante de la aeronave, que "hablaba pausado y tranquilo". "Me inspiró confianza y tranquilidad", ha reconocido.

El militar del Ejército del Aire comunicó estas observaciones por radio al comandante del Air Canadá y los controladores en tierra, hizo fotografías de los daños y dio por finalizada su misión.

En total, unos 15 minutos que le permitieron realizar una "inspección a conciencia". El capitán ha reconocido que su relato de los hechos aparenta "frialdad", pero ha insistido en que es una operación para la que todos los pilotos de aviones caza están preparados y practican mucho en su día a día.

De hecho, una vez en tierra no perdió tiempo parar ponerse a preparar la siguiente misión que tenía programada y fue vistiéndose cuando un soldado le informó de que el Air Canadá había aterrizado con éxito.

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