¿Te imaginas contar cada uno de los pasos que vas dando cada día o, también, los escalones que subes?
Es lo que hacen las pulseras inteligentes, que monitorizan nuestro ejercicio físico, incluso las horas de sueño que dormimos. La pregunta es: ¿estamos obsesionados con ellas?
Su segunda juventud
Los podómetros viven una segunda juventud. Presentes en pulseras, relojes y móviles que registran nuestro caminar diario nos ofrecen estadísticas semanales, nos marcan objetivos y nos pican si no hemos batido nuestro récord. Han enganchado a un público alérgico al sedentarismo.
Usar estos dispositivos de forma adecuada puede ser genial y divertido, pero la línea que separa lo divertido de lo adictivo es realmente fina.