Pan, trabajo y mucha fe: el 7 de agosto es de San Cayetano

Desde hace días, Madrid luce sus mejores mantones de Manila para dar la bienvenida a las fiestas de San Cayetano, que inauguran la temporada de verbenas populares en el distrito Centro.

Desde el pasado 2 de agosto, chotis, limonada, tradición y mucha música toman las calles del icónico Rastro, en pleno barrio de Embajadores. Aunque los festejos se alargan durante varios días, el día grande es este jueves 7 de agosto, cuando se celebra San Cayetano, patrón del pan y del trabajo.

Historia de San Cayetano

Cayetano de Thiene nació en 1480 en Vicenza (Italia) y, tras comenzar sus estudios de Derecho en la Universidad de Padua, se trasladó a los 26 años para iniciar su carrera religiosa: primero como presbítero y, más adelante, como sacerdote.

Como presbítero - el segundo grado en la jerarquía eclesiástica - fundó la Sociedad del Oratorio del Amor Divino y la Orden de Clérigos Regulares Teatinos, con el objetivo de promover una vida austera, dedicada a la oración y a la santidad desde la sencillez y la práctica diaria de la fe.

A pesar de pertenecer a una familia bien posicionada económicamente, Cayetano decidió renunciar a sus bienes personales. Con esa convicción, instruyó a otros clérigos para seguir un camino similar de humildad y entrega.

Sin embargo, si por algo es recordado este sacerdote es por su labor con las personas pobres y enfermas durante todos los viajes que emprendía.

San Cayetano falleció el 7 de agosto de 1547, a los 66 años, tras padecer una enfermedad. A pesar de su débil salud, no dejó de trabajar ni de atender su misión espiritual hasta el final de sus días. Su beatificación tuvo lugar menos de un siglo después, promovida por el papa Urbano VIII. Fue canonizado el 12 de abril de 1671 por el papa Clemente X.

Desde entonces, cada 7 de agosto, recibe homenajes en distintos lugares del mundo especialmente en Argentina, donde miles de fieles hacen largas filas en la Iglesia de San Cayetano para pedir trabajo o agradecerlo.