Las cererías, los talleres donde se hacen los cirios, las velas propias de la Semana Santa, trabajan a destajo durante las semanas previas. La Cerería Ortega es la única que queda abierta en Madrid. El negocio que ha sobrevivido décadas en la calle Toledo.
Todo listo en Jesús el pobre, también los cirios. La hermandad los recogió ayer en este taller de la calle Toledo. Aquí Silvia, sigue haciendo velas y cirios, como lo hicieran los primeros propietarios del taller, que abrió sus puertas hace 130 años.
Nos encontramos la máquina parada porque a las puertas de la Semana Santa, lo que les toca es repartir pedidos.
Y no sólo de cirios, vive el cerero. La madeja de cerillos es otro de los productos más demandados. Sirven para encender la llama, si el viento o el propio movimiento del paso la apaga.
La estrella en ventas de este año, unos nazarenos que Silvia pinta a mano y que le piden desde todas partes de España.