Vídeo: C. MARCHAL | Foto:Telemadrid
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Se acerca el Black Friday, y con él vuelve esa avalancha de anuncios que prometen ofertas únicas, gangas imperdibles y rebajas históricas. Pero, detrás del brillo y la urgencia comercial, muchas de esas ofertas podrían no ser tan reales como parecen.

El Observatorio de Consumo en Internet, que analizó más de 800 productos en 19 plataformas durante semanas, detectó varias prácticas irregulares. Entre ellas, el repunte artificial del precio antes del periodo promocional para luego bajarlo y etiquetarlo como oferta.

Otro mecanismo común es el uso de cupones o códigos de descuento que no suponen realmente un ahorro: las ofertas se activan solo después de inflar el precio base para dar la ilusión de un descuento significativo.

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También se detectaron mensajes que apelan a la urgencia pero que no siempre se traducen en una bajada real del precio.

Desde el punto de vista legal, estas prácticas incumplen regulaciones clave: por ejemplo, la Ley de Ordenación del Comercio Minorista exige que el precio de referencia usado para calcular el descuento sea el más bajo de los últimos 30 días.

Cuando no es así, se considera una infracción y puede llevar a sanciones graves. De hecho, el ministerio ha multado con casi 350.000 euros a varias empresas por estas prácticas en ediciones anteriores del Black Friday.

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La asociación FACUA también ha hecho sonar la alarma: el 86% de los consumidores encuestados cree que la mayoría de los comercios ofrecen descuentos falsos durante esta época.

Por su parte, la OCU advierte que muchos compradores pueden actuar de forma impulsiva: una encuesta reciente señala que un porcentaje considerable admite comprar cosas innecesarias o gastar más de lo previsto durante el Black Friday.

Las organizaciones de consumidores recomiendan mantener la cautela y recuerdan que, aunque el Black Friday mueve cada año miles de millones de euros, no siempre supone un ahorro real para el comprador.