Día Mundial de la Hepatitis. Hay varios tipos de esta enfermedad, la hepatitis A, B, C, la alcohólica o la autoinmunitaria... todas ellas guardan en común que afectan al hígado, provocando su inflamación. Esta enfermedad puede comenzar y mejorar rápidamente o por el contrario puede convertirse en una patología crónica que derive en daño hepático, en una insuficiencia hepática o incluso en un cáncer de hígado. La hepatitis A, por ejemplo, es de corta duración y no lleva asociados otros problemas, todo lo contrario que la tipo C, que puede conllevar a la aparición de un tumor si no se trata a tiempo, lo que no siempre se consigue porque puede que no presente síntomas. Si éstos hacen aparición... sufriremos dolor abdominal, nuestra orina cambiará su color, sentiremos fatiga, nos subira un poquito la fiebre, la piel la conjuntiva de los ojos tornaran en color amarillento, notaremos nauseas y bajaremos de peso. Ante dichas molestias es fundamental que acudamos al médico, será la persona indicada para recomendarnos un tratamiento, que vendrá en función del tipo de hepatitis que tengamos.
Enfermedad renal crónica. Sufrimos enfermedad renal crónica cuando nuestros riñones van perdiendo lentamente sus capacidades y no pueden realizar correctamente su principal función, la de eliminar los desechos y el exceso de agua de nuestro cuerpo. Si estos órganos no son capaces de realizar esta finalidad... el paciente necesita someterse a diálisis o a un transplante de riñón... estaríamos en la fase final de la enfermedad, la denominada enfermedad renal terminal. Antes de llegar a este punto, hay otras etapas... en las iniciales puede incluso que no haya síntomas... los que pasan por cierto por una sensación general de malestary fatiga, de inapetencia, de dolor de cabeza, de picazón generalizada y de pérdida de peso. Si notamos estas molestias probablemente estemos ante un problema de enfermedad renal crónica, la que por cierto, siempre está relacionada con otras dos patologías, la diabetes y la hipertensión. Lo importante para los pacientes con este trastorno es adoptar una serie de hábitos de vida saludables... de esta forma, protegen también el corazón, pues este órgano guarda una estrecha relación con los riñones.
Alergia al níquel y al mercurio. Entre los muchos productos que pueden provocar alergias... también están los metales, los más comunes causantes de este tipo de reacciones son el cromo, el niquel y el mercurio. Se trata de metales pesados que al penetrar en nuestro cuerpo se ionizan y vuelven inestables. En la mayoría de los casos esto no supone ningún riesgo para la salud, pero en personas con alergías estos compuestos sí son un peligro... porque el sistema inmune los reconocerá como un antígeno o un agente invasor y los atacará. Para saber si al entrar en contacto con el niquel o el mercurio sufriremos una reacción adversa, hemos de someternos al test Melisa, la única prueba que evalúa este tipo de alergias. Aunque también podemos deducir que tenemos este problema si notamos dolor de cabeza, depresión, insomnio, sensaciones poco normales en los sentidos o fatiga... en líneas generales, disfunciones en el sistema inmune. La principal recomendación para estos pacientes pasa por emplear otro tipo de materiales en los rellenos dentales, los puentes o los implantes.