Asma. Una enfermedad crónica que afecta a las vías respiratorias, cuando sus paredes se sensibilizan y se inflaman... hay un problema de asma que consecuentemente dificultará la respiración, provocará tos, presión en el pecho y producción de ruido al paso del aire. Entre los distinos agentes que pueden desencadenar un ataque de asma tenemos a los animales, más concretamente su pelo o caspa, el polvo, los cambios climatológicos, el estrés, el humo del tabaco y por supuesto el polen. Dichas crisis asmáticas pueden durar desde unos minutos hasta varios días. Lo mejor para tratar este trastornos es evitar el contaco con las sustancias que lo producen, pero aparte de tomar esta medida, también hay medicamentos destinados a hacer frente a los ataques de asma y a prevenir la aparición de estos. Haciendo un uso correcto de ellos, el paciente evitará el ingreso hospitalario, especialmente si se trata de mujeres de entre 40 y 60 años. Somos, independientemente de la edad, nosotras las que mayores problabilidades de sufrir esta patología tenemos.
Células madre. Se espera tener los resultados ya a finales del próximo año de este ensayo clínico que se ha puesto en marcha desde la Universidad Clínica de Navarra. Su objetivo es ver la eficacia y seguridad que tiene la terapia a base de células madre para tratrar la artrosis de rodilla. Este procedimiento se realiza de la siguiente forma: del propio paciente, de su médula ósea, de extraen las células madres que se separan y cultivan para hacerlas crecer y después se inyectan en la rodilla de esa persona por vía intraarticular. Como decimos, se está estudiando la tolerancia de esta terapia y su viabilidad para tratar una enfermedad que va degenerando el cartílago de la articulación, que puede llegar incluso a desaparecer provocando el dolor y disfunción articular si no se realiza un adecuado tratamiento. De momento los que existen no permiten una regeneración de los tejidos desgastados, posibilidad que queda abierta con el uso de estas células. Esto de momento es teoría, tendremos que esperar a los resultados para ver si se producen cambios naturales respecto a la evolución de la artrosis de rodilla.
Isoflavonas y menopausia. Una etapa de la vida de la mujer a la que todas llegamos, antes o después entre los 45 y los 55 años, nuestro periodo fertil llega a su final y el cuerpo experimenta una serie de cambios, entre ellos, que ya no podremos quedarnos embarazadas... nuestos ovarios dejan de producir óvulos y producen menos estrógenos y progesterona... las dos hormonas principales responsables de los síntomas de la menopausia. Que por cierto, no son pocos y no son nada agradables, entre ellos... sofocos, sudores fríos, enrojecimiento de la piel, insomnio, latidos cardíacos irregulares, disminución del interés sexual, escapes de orina y sequedad vaginal. Para hacer frente a estas molestias existe el tratamiento hormonal sustitutivo, pero puede llevar asociados efectos secundarios. Por ello cada vez son más las mujeres que optan por el consumo de isoflavonas, hasta un tercio de las que están en esta etapa de la vida son las que optan por el tratamiento natural. El cual, para garantizar su seguridad, debe estar bajo la supervisión de un médico, ginecólogo o farmaceútico.