Purificación, Félix Martínez, Manu, Dulce María y Grego. Estas palabras son mucho más que un nombre propio. Ya que con ellas se designan algunos de los mejores vinos de nuestra región.
Félix Martínez fundó en 1956, en Villarejo de Salvanés, las bodegas Jeromín y desde entonces toda la familia ha continuado con esta tradición vitivinícola.
Con el paso de los años, los vinos elaborados en estas bodegas se han convertido en los vinos madrileños más vendidos de toda la Comunidad de Madrid.
Mientras recorremos la bodega, Félix Martínez nos explica que en torno al cincuenta por ciento de la producción se exporta, por lo que podemos encontrar sus caldos hasta en treinta y cinco países diferentes de todo el mundo. Tanto es así, que los principales consumidores de estos vinos son chinos y estadounidenses.
