Leoncio y Benigno son amigos y vecinos de Piñuécar-Gandullas. Esperan a Fernando en una fuente del pueblo con mucho significado.
Nos cuentan que se han dedicado toda su vida a la ganadería, uno como tratante y otro vendiendo las vacas al matadero.
Vamos con ellos al puente que se construyó en el pueblo para ver la reguera que se hizo antiguamente.
Después vamos a conocer a Manu y su huerto, un chico de 27 años que cambió una vida de ciudad en el madrileño barrio de Usera por una vida tranquila y sencilla en Piñuécar-Gandullas.
Todos nos dicen que tenemos que conocer la iglesia de San Simón y a su párroco, así que nos dirigimos para allá. Allí nos encontramos con Don Pedro, un cura joven y procedente de Ruanda. Nos enseña la sencilla pero acogedora iglesia, que fue construida por los vecinos del pueblo.