Sonia es bailarina de danza oriental y su pareja, Óscar, guitarrista. Vivían en Madrid y buscaban un lugar donde tener tranquilidad y poder tocar la guitarra y bailar sin molestar a los demás. Sonia trabajaba en Torrejón de Ardoz y se puso a buscar por la zona. Cuando llegó a Ribatejada le dejó pasmada su tranquilidad... las casas tenían parcela suficiente y el pueblo era muy tranquilo: un bar, una tienda, una farmacia, un consultorio...
Se compraron la casa hace 15 años y aquí han tenido a sus dos hijos que ahora tienen 7 y 4 años. Están encantados porque el cole al que van es tan pequeño (36 alumnos) que algunos van a clase juntos y todos aprenden de todos. Además la interacción con los padres es constante y utilizan las instalaciones municipales del pueblo cuando lo necesitan. Los padres colaboran muchísimo, de hecho Sonia les da clase de baile de forma voluntaria.