Miquel Silvestre se reencuentra con la hospitalidad tradicional de las gentes más sencillas
REDACCIÓN
Miquel Silvestre cruza la frontera de Mongolia y descubre un país extraordinario.
Paisajes asombrosos y carreteras atroces. Una familia de mongoles le acoge en su humilde morada y allí se reencuentra con la hospitalidad tradicional de las gentes más sencillas.