A sólo unos pasos de la Gran Vía, la arteria comercial y turística de Madrid, hay todo un mundo por descubrir. En los años ochenta las calles Ballesta, Valverde y Desengaño eran un nido de prostitución y delincuencia. Afortunadamente en los últimos años el barrio ha cambiado a mejor. Los antiguos prostíbulos son ahora tiendas de moda, restaurantes, hoteles, terrazas... un espacio, en definitiva, que de nuevo han podido utilizar vecinos y turistas.